Podríamos decir que la pesca con mosca es una cosa casi infinita.
Cuando hablo con alguien que no ha pescado jamás con mosca, a mí me gusta mucho hacer una comparación con la música, para tratar de hacerme entender.
Vamos a coger cualquier instrumento, da igual la guitarra, el piano, lo mismo da. Y vamos a pensar en alguien que independientemente de su nivel como intérprete, está tratando de componer una canción.
Da igual si su nivel como intérprete es el de Tony MacAlpine, el de Derek Sherinian, el de Steve Lukather o el de un chico o chica que empezó a estudiar el instrumento uno o dos años atrás.
Cuando se trata de componer una canción, ha de tratarse de algo único, algo que no se ha creado antes. Sí, las estructuras armónicas, las progresiones de acordes o las métricas seguramente han sido utilizadas mil veces, pero se componen cientos de canciones nuevas cada día en el mundo, y los casos de plagio conocidos son escasísimos.
Pues esto es un poco la pesca con mosca.
Da igual el nivel de cada pescador porque, a su manera, cada vez que se enfrenta a un tramo de río está creando una canción nueva. Pequeños cambios en la mosca, alguna modificación particular en el bajo, tratar de posar la mosca en lugares que solo a él le han parecido apropiados...
Tanto el desempeño de la actividad en sí como las posibilidades en lo que a utilización de diferentes tipos de equipos se refiere son inagotables.
Y, además, de un día para otro, en el mismo tramo de río, a la misma hora y en condiciones metereológicas similares, lo que hoy te ha deparado una jornada gloriosa, mañana puede representar el mayor de los fracasos.
Sin embargo, a pesar de toda esta riqueza infinita que nos ofrece la pesca con mosca, hay muchísimos pescadores que se niegan a sí mismos la posibilidad de disfrutar de todo ello, y esto es lo que yo llamo los enfoques absurdos de la pesca con mosca.
Te pongo algún ejemplo concreto para que entiendas perfectamente a lo que me refiero:
- "Yo es que solo pesco a seca. Eso de la ninfa es pescar a cebo y los streamers pescar a cucharilla".
- "La clave de todo está en el lanzado, lo único que hace falta es practicar muchísimo lanzado para presentar la mosca como es debido y todo lo demás lo mismo da".
Y lo contrario.
- "Si no llevas en la caja la mosca tal, y la mosca cual, ni se te ocurra ir a pescar ahí porque no vas a pescar nada".
- "Pescar al hilo no es pescar con mosca, ni aunque uses una línea de esas finas".
Qué será de mi, que uso líneas de esas finas de 0.55 o 0.60 para pescar a mosca seca...
- "Lo único que vale es pescar a streamer, y además con el pack completo: caña del 7, línea de punta hundida, camisa de cuadros, barba poblada, gorra de Howler Brothers, streamer articulado y cigarro en la boca".
O mejor todavía: tabaco de mascar.
A medida que me voy haciendo mayor cada vez entiendo menos este tipo de enfoques. Y me jode, porque en algún caso tienen un montón de experiencia y podrían enseñarnos un montón de cosas, pero se han ido encerrando tanto en su parcelita particular que a veces dicen cosas que acaba uno pensando que han perdido el norte.
Me siento afortunado pudiendo disfrutar de todo tipo de pesca, sin tener ningún tipo de convencimiento interno acerca de que solo importe el lance, solo importe la mosca o solo importe lo poblado de la barba, y espero que si en algún momento de la vida me encierro en alguna de estas parcelitas haya alguien cercano, o lejano, que me diga que me he vuelto un gilipollas.
¿Te imaginas lo que se debe sentir odiando los perdigones? ¿O las sedas? ¿O la pesca al hilo? ¿O el fluorocarbono? O lo que sea.
Porque hay gente que odia estas cosas, u otras. Se les nota incluso cuando escriben en las redes sociales: "Es que pescáis a perdigón. ¡A perdigón!". Y al leerlos te los imaginas un poco como a Jack Nicholson en Mejor... imposible.
Pero por Dios. Si también pesco a Tenkara. Y a spinning. Y a lo que sea. Y no pesco a cebo porque, como músico, soy un puto maniático del cuidado de los dedos, las uñas y demás, y no me gusta andar manipulando gusanos o similares. Por no hablar de que en muchos casos tragan más de la cuenta y puede ser difícil devolver al pez en buenas condiciones.
Y me encantaría aprender a pescar a mano, que parece ser que mi bisabuelo, al que no conocí, era un fenómeno de esta especialidad. Creo que ningún otro tipo de pesca exige mejor conocimiento del río y de los peces que la pesca a mano.
Pero vamos, yo soy pescador, no mosquero. Todo el mundo dice que no hay nada como ver a una trucha coger una mosca seca en superficie. Bueno, no todo el mundo. Lo dicen los que nunca han tenido ocasión de ver a un palometón o una buena lubina tirarse como locos a por un paseante. Cada tipo de pesca tiene su propio encanto, y dentro de cada tipo de pesca, hay un montón de técnicas que pueden ser muy divertidas y muy efectivas.
A mi me gusta especialmente la pesca ultraligera en todos sus ámbitos: pesca con mosca seca con moscas diminutas, cañas del 1 o del 2, terminales finos… El rockfishing y el ajing en el mar. Truchas a lance ultraligero con cañas cuya potencia de lance es de 0.5 a 3.0 gramos, o de 0.5 a 5.0 gramos y cosas así. Para el bass solo me interesa el finesse con cañas de spining de acción ML o L, un carrete 2000, un trenzado PE 0.6, 0.5 o incluso 0.4. Utilizar las cañas de ajing para pescar barbos con vinilos… Todo eso.
Pero si tengo que ponerme con la caña de 15-60 y el Stradic 5000 para ir a por dentones o si tuviese que ir al delta con caña de popping y un carrete 14000 a por bacoretas enormes o algún atún pequeño, ¡voy encantado!
Es genial que cada uno de nosotros desarrolle sus propios gustos, pero me parece absurdo negarse a utilizar otras técnicas que tienen su propio proceso de aprendizaje, lo cual ya es algo muy divertido en sí mismo, y que además pueden resultar muy eficaces, incluso en algún caso cuando las condiciones no son las adecuadas para nuestras técnicas favoritas.
Con pocas cosas disfruto más que pescando en el mar con una caña de ajing de 0.5 a 5.0 gramos, con puntera sólida y sacando maragotas y pintos de medio kilo con la gambita de Magbite o el Imo Ripper de 40 mm. Pero si justo cuando voy a hacer una salida se avecina una galerna, no me da pereza ninguna coger el carrete 5000, la caña de 3,60 para 80-150 gramos y lanzar un chivo a ochenta metros por encima de las olas. Claro, con la columna como la tengo esta diversión me dura un par de horas como mucho, pero son dos horas que me lo he pasado como los indios.
El caso es que aquellos que hayan llegado al punto de haberse quedado metidos para siempre en su parcelita particular o que realmente odian alguna técnica de pesca, algún tipo de imitación o lo que sea, seguramente son ya incorregibles.
Así que tendremos que trabajar entre todos los demás para no encerrarnos en parcelitas absurdas.
Y, bueno, a los que se creen superiores por practicar alguna modalidad en concreto, por haber hecho muchos viajes de pesca, por sacar los peces más gordos o por lanzar más que nadie, que hay muchos de estos, créeme que los hay, solo les deseo algún leve contagio venéreo, que no tenga consecuencias graves, pero que pique mucho.