Hay una serie de leyes no escritas alrededor del montaje de moscas que, aunque podemos buscarles una explicación, realmente no pasa nada si uno no las cumple.
A veces nos preocupamos en exceso por cumplir a rajatabla algo que leímos en un libro, o que nos enseñaron a hacer de una determinada manera, o que siempre hemos visto que todo el mundo hace igual.
De hecho, a veces surge un problema un poco mayor cuando algo que no tiene mucho sentido se acaba convirtiendo en una de esas reglas no escritas, o ¡incluso escritas!, que eso ya es lo más.
Si quieres verlo desde otro punto de vista, a la hora de ir al río a pescar nos pasa un poco lo mismo.
A medida que vas cogiendo experiencia y vas aprendiendo a leer el río, a ubicar las posturas aquí y allá y conociendo un poco el comportamiento de los peces, corremos el riesgo de que todos acabemos pecando determinados tramos más o menos igual.
Después, llega un día en que un amigo o un primo quieren probar qué narices es eso de la pesca con mosca, y te los llevas contigo al río.
O peor aún: a tu cuñado.
Les das la caña mala, la peor que tengas, un chaleco viejo con moscas que no usarías ni loco, la línea cuarteada y el carrete con mas arañazos del planeta. Del bajo mejor ni hablamos.
Y después de cuatro nociones básicas de lance, lo dejas suelto a su aire por el río, que para tres días que puedes salir de pesca al mes, no vas a invertir mucho más tiempo en enseñar al que no sabe.
Por supuesto, tú vas delante.
Y al rato, unos 30 metros a lo lejos, empiezas a oír algún que otro grito: "¡EH! ¡EEEHHHHHH! ¡EEEEEEEHHHHHHH!!! ¡QUE SE HA ENGANCHADO UNA! ¿QUÉ HAGO?".
No te lo puedes creer.
Sin hacerle ni puto caso, con un equipo que no darías ni a tu peor enemigo, por una postura por la que tú ya has pasado, y que ya has pisado, va el cretino de tu cuñado y clava su primer pez.
Tiene huevos la cosa.
Así que después de darte la carrera aguas abajo y echarle la sacadera, ¡qué menos! devolvéis el pez al agua y le preguntas que cómo ha sido.
"Pues mira, yo no sé qué ha pasado, pero la mosca iba por allí..."
¿Cómo que iba por allí?
Y es en ese momento, cuando te señala con el dedo donde le ha subido el pez, cuando el estupor se apodera de ti porque tú jamás habrías lanzado a esa zona.
Pues con el montaje de moscas a veces pasa un poco lo mismo.
Es probable que a ti se te ocurran más ejemplos, pero algunos que yo tengo a menudo presentes, son estos:
- Si cortas el culo de pato no flota.
Empiezo por esta porque recuerdo perfectamente a una persona decirme estas dos frases con menos de dos minutos de diferencia:
"El culo de pato si se corta no flota".
"No hay moscas de culo de pato que floten como los barones originales de Petitjean".
A ver, yo en general soy de mente abierta, pero claro, todo tiene un límite.
En los barones originales de Marc Petitjean todo lo que es de cdc, el cuerpo y las alas, lleva el cdc recortado.
Lo más gracioso del asunto es que lo de cortar el cdc salió a propósito de unas efémeras de mi caja que no llevaban el cdc cortado, sino las puntas igualadas como primer paso para montar las alas.
Otra variante que también me he encontrado alguna vez es que si cortas el cdc con las uñas sí que vale, porque cortándolo así no afecta a la flotabilidad.
Pues vale.
Yo monto moscas con el cdc cortado y otras en las que va igualado, sin cortar, y no he apreciado jamás diferencia alguna.
Eso sí, solo uso cdc de pato salvaje de la mejor calidad que pueda encontrar. Y de una bolsa de 10 gramos, en la que seguramente vienen más de 1500 plumas, selecciono para las secas un porcentaje bastante pequeño. Todas las demás solo para ninfas.
Pero del cdc ya hablaremos otro día.
- No hay que cortar el hilo de cobre con tijeras.
Esta me encanta también.
A todo aquel que me ha dicho esto y recomienda mover el hilo de cobre en círculos con los dedos hasta que rompe por sí mismo, le pregunto el motivo por el que hacerlo así, y hasta ahora no he encontrado motivo racional que lo justifique.
"Queda más al ras" (sic).
Yo diría que si cortamos con las tijeras el hilo de cobre en una ninfa de faisán, por ejemplo, de estas que llevan un poco de dubbing junto a la bola, el piquito que queda del hilo de cobre puede que incluso ayude a que el dubbing del tórax tarde más tiempo es deshacerse con las sucesivas picadas, así que mejora la durabilidad de la ninfa.
Pero bueno, esto son cosas mías, ni caso.
Hay algo más importante.
Si rompes el hilo de cobre haciendo el “helicóptero” con los dedos, estás sometiendo al anzuelo a una tensión innecesaria que luego puede hacer que se te acabe abriendo en acción de pesca.
A menudo veo en muchos vídeos, incluso a algunos montadores en directo, meterle al anzuelo sujeto en el torno unos meneos tirando del hilo con el portabobinas que solo pienso en el pobre anzuelo.
Claro, a quien se sienta cómodo montando así, nada en contra.
Ahora bien, si ese es tu estilo, te recomiendo el Kamasan B160 o el 2499 SPBL de Tiemco y demás anzuelos similares.
Una cosa importante: te recomendaría que si cortas el hilo de cobre con tijeras tengas unas malas y baratas solo para eso. Lo mismo si a menudo montas con foam o con fibras tipo egg yarn
de las que se usan para montar huevas, así como con brushes
y demás materiales que se usan habitualmente en el montaje de streamers y que tienen un hilo metálico como alma.
No merece la pena gastarse 20 euros en unas tijeras decentes y cargártelas por darles un uso inadecuado.
- Los anzuelos deben sujetarse al torno con la punta a la vista.
O también lo contrario: los anzuelos deben sujetarse en el torno con la punta oculta entre las mordazas.
Pues mira, ni una cosa ni la otra.
Si voy a montar una efémera en seda en un 20 prefiero que la punta quede a la vista porque me facilita el acceso a la parte trasera del cuerpo a la hora de enrollar seda y brinca.
Y no te cuento lo que facilita para montar unos cercos en V.
En cambio, si voy a montar un perdigón con rayón prefiero que la punta quede oculta. Si la rozas con el rayón se deshilacha por completo y no veas luego la fiesta para barnizar...
Así que en función de lo que necesites, sujeta el anzuelo como más cómodo te resulte.
Seguimos con esto de los anzuelos y el torno.
- La tija del anzuelo debe quedar paralela a la superficie de la mesa de montaje.
Es decir, el anzuelo se sujeta en el torno recto.
Pues depende.
Si es un anzuelo curvo te facilita mucho el montaje sujetarlo inclinado hacia adelante cuando necesitas sujetar materiales en la parte trasera del mismo.
De hecho, muchas veces, yo voy cambiando el ángulo del anzuelo en función de la parte del mismo en la que esté sujetando materiales.
Como siempre: libertad total.
- En las ninfas de faisán la pluma se enrolla en una dirección y el hilo de cobre en dirección contraria.
El motivo que tradicionalmente se utiliza para argumentar esto es que así mejoras la durabilidad.
Pues mira, si quieres mejorar la durabilidad, nada mejor que apliques una finísima capa de pegamento instantáneo sobre el hilo de montaje antes de enrollar la pluma.
Porque lo de enrollar pluma en una dirección e hilo de cobre en otra, como toque la pluma alguno de los dientecillos del pez entre las vueltas de hilo de cobre, te va a dar lo mismo el sentido en el que lo hayas enrollado.
- En resumen.
Si me preguntas a mi, te diría que hay una única regla que nunca debes romper: debes atar tus moscas del modo que resulte más cómodo y eficiente para ti.
Si pescan, si te duran un mínimo tiempo exigible, si estás cómodo con ellas y la forma en la que las atas está bien para ti, olvídate de todo y adelante con ello.