Creo firmemente que todo pescador a mosca debería pasarse al menos media temporada utilizando solamente una caña de Tenkara.
Es un antídoto magnífico para quitarse de la cabeza un montón de tonterías.
- Tontería 1:
"La importancia de la mosca".
Tengo una caja de esas C&F de las pequeñas, la que trae dieciséis compartimentos, de las que no son estancas, llena de moscas para usar con la caña de Tenkara. Me pone en la gloria solo coger la caja y mirar las moscas que tiene dentro.
Un repaso rápido: tricolores, paisanas, pardones, palmers, tricópteros de León, red tags...
Todas con hackle. Todas en el 12, el 14 y el 16, excepto algún Griffith's Gnat en el 18.
Y mira que locura: cuando voy con la caña de Tenkara y llevo esa caja de moscas, con solo esas moscas, pesco lo mismo o más que si fuese con el equipo de mosca normal.
Así que a tomar por culo los dípteros en el 24, las MP81, los Gütermann y la madre que los parió.
- Tontería 2:
"La importancia del lanzado".
Pescando con la caña de Tenkara pasan dos cosas curiosas. Por un lado, una vez que más o menos te defiendes con ella, puedes presentar la mosca libre de dragado en el 100% de los lances, ya que solo la mosca toca el agua, o como mucho un pequeño tramo del terminal según sea la configuración de la echada que estás pescando. Por otro lado, el propio equipo limita la distancia de lanzado al largo de la caña más el largo del bajo, así que hablamos de máximo 6-7 metros, aunque normalmente se pesca a menos distancia.
Y ahí te das cuenta de que la línea es la principal enemiga a la hora de pescar con mosca.
Cuando consigues presentar tu mosca una y otra vez sin dragado alguno, como sucede con un equipo de Tenkara, lo más habitual es que las truchas la tomen sin más.
Esto puede parecer una cosa loquísima, pero es que la pesca es una cosa mucho más sencilla de lo que durante décadas muchos han tratado de contar.
Luego se trata solamente, y no es poco, de trasladar al equipo de mosca lo que se ha aprendido con la caña de Tenkara, es decir, pescar siempre lo más cerca que sea posible y mantener la línea lo más alejada del agua que sea posible.
- Tontería 3:
"Es que pescáis con esos equipos tan ligeros que se alarga la pelea hasta el infinito".
La potencia de una caña de Tenkara a la hora de pelear un pez debe ser equivalente a estar pescando con una caña para línea 0. Incluso menos, diría, si bien no he tenido nada más que tres cañas de Tenkara diferentes y solo dos cañas de mosca de línea 0 o menos.
El caso es que incluso sin carrete, con una caña tan endeble y teniendo que arreglártelas como buenamente puedas, truchas de tamaño mediano van a la sacadera sin mayor problema.
Igual lo de alargar la pelea con los peces depende demasiado de la distancia a la que esos peces se hayan clavado, factor del que casi nunca se habla, y que para mí es mucho más determinante en lo que se refiere a la duración de la pelea que la potencia del equipo o el grosor del terminal.
- Tontería 4:
"Estaban selectivas".
A ver cómo lo digo con tacto... Mira, con el equipo de Tenkara puedes hacer el año entero con un buen par de moscas. Casi te diría que con una roja y una negra en varios tamaños cada una, estás servido.
Además, con la ventaja de que te va a pescar igual de bien tanto cuando flota como cuando se ha hundido.
Es más, puedes imprimirle movimientos tanto en la superficie como cuando va hundida.
- Tontería 5:
"Hay que practicar/entrenar a menudo".
Y esta es para mi la mayor ventaja de pescar con un equipo de Tenkara.
Coges a cualquier persona de este planeta que jamás haya pescado y con un equipo de Tenkara, en unos 30 minutos, puede estar sacando algún pez con la supervisión y las indicaciones y ayuda adecuadas.
Y lo digo porque he sido testigo de ello.
No hace falta entrenar, ni practicar ni demás tonterías, solo coger el equipo y ponerse a pescar, centrándose simplemente en el río, el entorno y los peces.
Así que si nunca has tenido un equipo de Tenkara en tus manos, mi recomendación es que te hagas con alguna caña baratita, por ejemplo las gamas de entrada de Nissin van muy bien, y te vayas al río con docena y media de moscas para comprobar tú mismo lo sencillo que puede resultar la aparentemente complicadísima tarea de engañar a un pez.