Diseño del blog

El gran pescador

may 12, 2022
El otro día tuve una larga charla telefónica interesantísima con un amigo. Y mira que no soy yo mucho de hablar por teléfono.

El caso es que estábamos recordando batallitas y de repente quedó una pregunta en el aire: 

"¿Tú qué dirías que tiene que tener alguien para decir que es un gran pescador?".

Y con lo de gran pescador no nos estábamos refiriendo al que saca muchos peces únicamente. Aparte que esto es un baremo muy poco fiable, porque hasta los pescadores capaces de sacar más peces y más rápido que nadie, se han comido bolos tremendos (como todos, claro).

Y que nadie interprete esto como que los grandes pescadores no compiten o algo así. Conozco dos competidores a los que metería sin dudar en el saco de grandes pescadores, pero no solo por sacar peces, sino por otras cosas que veremos a continuación.

Reducirlo todo a solamente sacar peces, como muchas veces sucede, es perderse gran parte de la historia. Y a mi personalmente me resulta bastante indiferente. 

"Ah, que has sacado hoy siete peces más que yo... ¡Qué bien! Toma, un pin. Ponlo en el chaleco para recordar la gesta".

Sacar muchos peces y muy gordos está muy bien, pero hay más.

Como decía no sé quién, quizás Unamuno, había un par de cosas, que por desgracia están últimamente de vuelta, que según él se curaban leyendo y viajando. 

Coincidíamos el otro día mientras hablábamos que en el caso de la pesca, pasaba un poco lo mismo. 

Para convertirse en un gran pescador se tiene que haber pescado en muchos sitios, y no me refiero a viajar por todo el mundo, ya que sin salir de la península hay ríos y peces de todo tipo para acumular un bagaje más que suficiente en este sentido. Y no todo el mundo tiene el tiempo y el dinero para andar haciendo viajes de pesca.

Pero sí, debe haber pescado en muchas condiciones diferentes. Y a ser posible, también peces diferentes. En zonas diferentes, cada una con sus particularidades.

Y debe haber leído. 

Ya sé que muchos pescadores piensan que andar leyendo libros de pesca o de montaje de moscas no ayuda a ser mejor pescador, pero sí ayuda.

Básicamente porque muchos de los que han escrito esos libros, están sin duda alguna dentro de esa categoría de gran pescador (según los criterios que barajábamos hace unos días este amigo mío y yo).

Para entendernos: Lefty Kreh. Por poner un ejemplo que todo el mundo conoce.

Este tío ha pescado peces de todo tipo, en toda clase de escenarios, con toda clase de equipos de pesca con mosca y bajo cualquier circunstancia o condición.

Así que conocer con la mayor profundidad posible todo lo que se ha contado y escrito sobre la pesca con mosca es un pilar fundamental para entrar en la categoría de gran pescador.

Por supuesto, siempre que se lea con espíritu crítico. Si coges La trucha selectiva, En al anillo de la subida o cualquier otro que se te venga a la cabeza, y das por bueno todo lo que allí se haya escrito, como si se tratase de profesar algún tipo de fe, entonces es mejor no leer nada.

Pero sí, conocer el pensamiento de otros grandes pescadores anteriores, debería ser una condición inexcusable para el nuevo gran pescador.

Y, por último, la que ambos coincidimos en que era la característica fundamental que siempre se debería cumplir para considerar a otro un gran pescador: que haya transmitido parte de su conocimiento a otros.

Esta es la forma en la que un gran pescador deja una impronta en el colectivo.

No se consigue sacando más peces que nadie. O más grandes. No se consigue con veinte mil likes de Instagram, porque un día no habrá Instagram y todo eso desaparecerá para siempre. No se consigue sacando peces más gordos que nadie. Ni llenándose el pecho de medallas ni sabiéndose de memoria los cien libros más importantes de la historia de la pesca con mosca.

El último y necesario paso para convertirse en un gran pescador solo se puede dar cuando hay muchos que han aprendido una parte de todo el conocimiento que ese gran pescador ha acumulado a lo largo de los años.

Lo fundamental es compartir lo aprendido.

Da igual que sea en un libro, que publicando artículos en revistas, impartiendo cursos o parándose a hablar tranquilamente con cada persona que se cruza en el río. Como sea. Da igual la forma, importa el fondo.

Para que os hagáis una idea, de quién más he aprendido yo, que sin ninguna duda es un gran pescador, ni siquiera tiene redes sociales ni WhatsApp ni ninguna mierda de estas. Pero cada hora de charla compartida hace años era el equivalente a haber tenido que pasar cien horas en el río aprendiendo por mi cuenta.

Diría que para reconocer a un gran pescador la forma más fiable es una de estas dos:

- O que algún pensamiento suyo relacionado con la pesca te vuele la cabeza. Que te quedes "¡pero cómo es posible que no hubiese pensado en esto antes!". Un ejemplo clásico: Gary LaFontaine y todo el desarrollo que hizo en relación a los tricópteros a los que no se les había hecho demasiado caso antes. 

- O que tenga un conocimiento tan grande que casi apabulla cuando te ves situado frente a todo ese conocimiento. Otros ejemplos de esto: Ernest Schwiebert, Ray Bergman o Gary Borger.

"Pero es que no pones ninguno español en los ejemplos" a lo mejor estás pensando. A eso te respondería: "Pa qué?".

Se me vienen cuatro clarísimos a la cabeza. Que cumplen todos estos requisitos. Pero los cuatro instructores de lanzado. Solo con este dato, si les mencionase, no les estaría haciendo ningún favor, porque seguro que solo por ese dato algún hater aparecerá. Y también los dos que compiten a los que hacía referencia al principio del texto. 

Vamos, menuda combinación, poner como ejemplos a competidores o instructores de lanzado, dos colectivos con amplio número de detractores. No les voy a hacer ese mal porque les tengo aprecio a todos ellos.  

Y ya lo último que faltaba es que solo por querer hacerles una mención honorífica corramos el riesgo de que a alguno le dé por criticarlos solo porque no le caigan del todo bien (o por lo que fuera).

Y ahora sí que ya para terminar yo habría querido añadir una característica con la que mi amigo no estaba muy de acuerdo el otro día.

Un gran pescador tiene que tener clarísimamente asumido que es muy malo. Que no sabe nada. Que por mucho que crea que sabe, siempre estarán el río (o el mar) y los peces para dejarle claro que se equivoca.

Esto es muy fácil de boquilla, con falsa modestia, etc. "Yo siempre estoy aprendiendo", "Me queda todo por saber", "el río siempre te pone en tu sitio"...

Bla, bla, bla.

Quizás no estés de acuerdo, pero para mi, solo se podría considerar un gran pescador a aquel que cada vez que pone un pie en el río su único pensamiento es el de aprender. Descubrir algo nuevo en cada lance. No dar nada por sentado.

Aprender, compartir, aprender, compartir, aprender... Y en este círculo es donde se forja el gran pescador.
18 abr, 2024
Quizás he contribuido algunas veces a propagar una idea que creo que no se ajusta a la realidad y que voy a ver si consigo aclarar. Yo no creo en las moscas mágicas ni creo que haya que llevar en la caja o cajas cien moscas diferentes para tener un modelo concreto para un momento concreto. Ya lo he explicado alguna vez. No se trata de que con una sola mosca puedas pescar todas las truchas del mundo, sino que una sola trucha puede ser pescada en un momento determinado con muchas moscas diferentes. Lo que quería explicar ahora es que entre esas muchas moscas diferentes conviene llevar docena o docena y media de modelos que sean muy buenas moscas. Si reduces tu caja a una docena de modelos y son moscas de que has visto por ahí, con materiales o patrones que no estén probados o cualquier cosa similar, igual no te va bien. Eso no funciona así. Primero aseguras con lo que use todo el mundo, y luego ya metes alguna más que sea un experimento, cualquier cosa que hayas visto y te haya gustado o cualquier invento que se te haya ocurrido a ti. Pero lo primero, llevar unas cuantas buenas moscas. Y la pregunta sería: ¿Qué tiene que tener una mosca para ser buena? De esto también he hablado. Para mí, una buena mosca, tiene que estar atada con buenos materiales, tiene que poder hacerse rápido, tiene que tener una efectividad demostrada en distintos escenarios y épocas y tiene que aguantar muchos peces antes de quedar inservible. El hecho de que utilice determinados materiales no tiene nada que ver con ningún misticismo extraño ni cosas por el estilo. Aunque a veces pueda no parecerlo, yo tiendo a pensar que la gente en general no es gilipollas, así que si hay cientos de pescadores que desde hace un porrón de años están metiendo en sus cajas moscas hechas con el Fly-Rite 34, el Gütermann 431, el 4122 de Zirayón o la oreja de liebre, digo yo que no serán tontos todos ellos y que si lo hacen es porque funciona. Así que, por un lado, no creo en absoluto que necesites dar con un tono exacto para imitar una mosca en concreto en un momento determinado. A la vez, soy perfectamente consciente de que el 249 de Gütermann, el 4122 verdoso de Zirayón, el antron hexagenia o el Fly-Rite 34 pescan desde el día que se abre la temporada hasta el día en que se cierra. Entonces, si más o menos todos conocemos diez o veinte materiales que pescan toda la temporada o buena parte de ella, y que se puede pescar en todos lados con moscas hechas con esos diez o veinte materiales ¿Para qué llevar más? Incluso moscas de esas que pescan todo el año han quedado relegadas, no sé muy bien si por una cuestión de modas, de desconocimiento o cuál podría ser el motivo, pero hay ejemplos sangrantes. Cuando yo empecé a pescar todo el mundo llevaba en su caja la Adams. Esto era matemático. No se le ocurriría a nadie ir de pesca sin una Adams en su caja. Es fácil de hacer, aguanta muchos peces y pesca todo el año. Y no me vale la excusa de que ya no se usa porque las moscas con hackle y los terminales finos y bla, bla, bla. Se puede atar en paracaídas e incluso se puede mantener igual colas y cuerpo y ponerle alas en cdc. El gris de la rata almizclera es un color neutro que pesca todo el año. Como la oreja de liebre. Hago cientos de moscas cada año para cambiar por materiales de pesca más los encargos que hago de vez en cuando para algún amigo. ¿Sabes cuántas Adams me han pedido en los últimos diez años? Cero. Es como si se hubiese borrado esa mosca de la memoria colectiva del pescador ibérico. Y si yo tuviese que hacer una lista con diez moscas secas que llevaría para pescar en cualquier lugar del mundo, sin duda la Adams estaría entre ellas. De hecho, qué cojones, voy a hacer la lista de diez moscas que me llevaría hoy para pescar en cualquier río truchero del mundo: - MP81. - U22. - Oreja de liebre. - Adams. - Díptero negro. - Shimazaki Ant. - Usual. - Gütermann 249. - Gütermann 431. - Fly-Rite 34. Con esas diez moscas en tres tamaños cada una me iría de pesca sin problema a cualquier lugar del mundo donde haya alguna trucha dispuesta a ser pescada. Y para pescar bajo la superficie podría hacer una lista parecida: - Faisán + ardilla. - Faisán + ice dubbing. - Faisán + tag flúor. - Oreja de liebre. - Perdigón Gasolina. - Perdigón Culirrojo. - Perdigón oliva. - Pupa de tricóptero crema. - Wooly Bugger Oliva. - Zonker negro. Lo mismo que para las secas. Cada modelo en tres tamaños/peso diferentes y añadiendo en el caso de las ninfas versiones en plata, cobre, oro y negro para las bolas de tungsteno. Son moscas sencillas, pero que han de estar montadas con buenos materiales. Con los materiales correctos podríamos decir. Por ejemplo: la oreja de liebre debería ser oreja de liebre, no eso que venden en bolsas en las que pone oreja de liebre. Has de hacer tú el dubbing a tu gusto, no conformarte con una de esas bolsas que se venden que dudo que la mayor parte del pelo que llevan dentro haya estado ni remotamente cerca de la oreja de una liebre. Lo mismo para el faisán. Yo compro packs de 50 plumas de faisán y de cada pack de 50, con suerte, resultan excepcionales cuatro o cinco plumas. Comprar packs de esos de dos plumas tampoco soluciona nada porque te puedes encontrar con dos plumas que no te sirve ninguna. De hecho, las redes sociales están llenas de ninfas de faisán hechas con plumas de esas que blanquean. Es terrible porque incluso con ese tipo de plumas se puede montar la ninfa de tal forma que no haya rastro de blanco por ningún lado, para que todas las plumas al final sean utilizables y todas las ninfas funcionen igual. Pero una cosa es que haya trucos, formas o sistemas para aprovechar todo el material y otra diferente es que el material sea excepcional en sí mismo. Y, por supuesto, lo que es excepcional para mi no tiene por qué serlo para ti. Hay gente que en acción de pesca engrasa el cdc y hay gente que no. Si lo vas a engrasar, hay cdc que tolera mejor el engrasado. Si no lo vas a engrasar, es otro cdc el que conviene usar. Incluso la cantidad de cdc a utilizar ha de ser diferente si se va a engrasar la mosca o no. Incluso debería ser diferente si vas a pescar un río de Cuenca o uno de Asturias, porque no en todos los ríos las moscas flotan igual. Así que usar determinados materiales no tiene nada que ver con ningún tipo de misticismo, snobismo ni ningún otro -ismo. Hay cosas que todos sabemos que funcionan. Y dentro de esas cosas, hay mejores y peores. Utilizar lo mejor que sea posible encontrar debería ser una obligación. En mi caso al menos trato de que lo sea. Y muy importante: caro no siempre es igual a mejor. Pongo un ejemplo de esto y lo dejo ya: en esos packs de 50 plumas que se vendían a 8€ el pack hace años, me he encontrado plumas de faisán acojonantes. Mucho mejores que ninguna que haya encontrado en las que venden en los packs esos de 2 plumas a 4-5€. Hay muchos materiales muy buenos y muy baratos. También los hay muy buenos y muy caros. El precio no determina lo bueno que sea un material.
17 abr, 2024
Como niño que pasó buena parte de su infancia en un ambiente rural, no puedo recordar la cantidad de veces que he escuchado, refiriéndose a los lobos, que son un animal asesino, sanguinario y maligno porque mata mucho más de lo que es capaz de comer. Visto en perspectiva, con el paso de los años, resulta cuando menos curioso que muchos a los que escuché hablar así de los lobos, podríamos meterles en su misma categoría, ya que cuando iban al río no les importaban tallas ni cupos, sino simplemente llenar la nevera de truchas, o el congelador los que de aquella tuviesen uno en casa. O en la cuadra, que era un destino habitual de los congeladores. Es cosa admitida por la mayor parte de los antropólogos actuales que la única forma de que una sociedad sea igualitaria es eliminando la posibilidad de acumular excedentes. Y el caso es que, todos aquellos que acumulaban excendetes entonces, y que siguen acumulándolos ahora, o lamentándose por no poder acumular tanto como les gustaría por no arriesgarse a llevarse puesto un multón, son los que acusan a los demás de querer el río para ellos solos cuando se propone que la pesca sea 100% sin muerte. Quieren ser al mismo tiempo los lobos, los corderos y el pastor. ¿Qué podemos hacer con esta gente? No se trata de que su pensamiento no esté lo suficientemente evolucionado y sea acorde a los tiempos que vivimos. Se trata de que prefieren acabar con todo pez que haya en el río antes de ver que la pesca sin muerte sea el principal método de regulación de la pesca en la inmensa mayoría de los cauces fluviales. Tampoco se puede esperar demasiado del común de los mortales cuando tenemos por ahí a políticos diciendo tan tranquilos que ya está bien de derrochar el agua de los ríos dejando que fluya hacia el mar. No es broma. De verdad que has habido varios que lo han dicho. Y creo recordar que casi todos del mismo partido, así que me imagino que será argumentario. O dispuestos a trasvasar toda el agua que sea necesaria de una cuenca a otra para seguir manteniendo cultivos de regadío en tierras que son de secano. Y habrá pescadores que voten a políticos que así piensan. Pero bueno, eso es otro cantar. De incongruencias está el mundo lleno. El caso es que en muchos sitios, entre que cada vez llueve menos y que los que son lobo, cordero y pastor al mismo tiempo, siguen metiendo presión, hay muchas administraciones que no se atreven a dar el paso necesario que impida que se puedan seguir sacando peces del río. Y lo peor de todo es la impotencia que se siente sabiendo que nada se puede hacer al respecto. A veces acaba uno pensando que lo mejor ya sería mandarlo todo al carajo y que hagan como en Austria o Eslovenia, que siembren los ríos con todo tipo de peces de cualquier especie, origen y condición y a tomar por culo. Luego podríamos hacer fotos de ejemplares híbridos que quedarían de puta madre en Instagram. Aunque luego pase esa locura transitoria y uno vuelva a ser cabal. El salmón es el caso más paradigmático. Están dispuestos a terminar con todo antes de ser privados del privilegio de poder seguir matando todos los peces que la normativa les permita, o incluso retorciendo en lo posible la normativa para matar incluso más. Y a mi ya me han entrado ganas de que terminen de una vez por todas con el dichoso salmón, que total a casi nadie le importa. Con el oso surgió cierta conciencia social de su importancia como símbolo de nuestra fauna que hizo que se tomasen medidas para protegerlo y que hemos visto que poco a poco han ido dando sus frutos, si bien todavía falta mucho para que el oso vuelva a ocupar el lugar que me corresponde tanto en número de ejemplares como en la distribución del territorio osero. Con el urogallo, menos que con el oso, pero también hay quien está haciendo lo posible para no perder otro símbolo de nuestra fauna, si bien en el caso del urogallo su supervivencia como especie resulta incluso más compleja que el caso del oso. Y en cuanto al lobo, afortunadamente en muchas zonas parece que se ha ido recuperando un poco, aunque todavía falta mucho por hacer, y se enfrenta a muchos más enemigos que el oso o el urogallo, que no van a cejar en su empeño tratando de frenar su recuperación. Pero ¿Y el salmón? ¿No habría sido ya hora y tiempo suficiente para que hubiese surgido una mínima corriente social que muestre alguna preocupación por su conservación? Pues puedes ponerte en cualquier calle de cualquier ciudad o pueblo asturiano, gallego, cántabro, navarro o de donde sea, preguntando a cada transeúnte por su grado de preocupación respecto a la conservación del salmón o su grado de conocimiento respecto a la situación en la que se encuentra, y seguramente el 90% de los transeúntes a los que preguntes te dirá que ni lo sabe ni le importa. Así que entre transeúntes absolutamente desinteresados, acumuladores de excedentes dispuestos a acabar con todo e ignorantes representantes políticos que piensan que el agua de los ríos que termina en el mar se está derrochando o desperdiciando, vale más olvidarse de todo esto porque para lo único que sirve preocuparse es para terminar haciéndose mala sangre por algo que nadie con capacidad de influencia o decisión tiene intención alguna de solucionar.
16 abr, 2024
Esta es una dicotomía que lleva presente en la pesca con mosca un montón de tiempo. Lo guay sería decir que hay que tomar la parte correspondiente de cada uno de estos dos ingredientes y bla, bla, bla. Pero mira, te voy a decir la verdad: tengo por casa libros como Trout Sense, What a trout sees y alguno más que analiza cómo percibe la trucha su entorno desde un punto de vista que trata de ser lo más científico posible, y estos libros son auténticamente infumables. Tienes que esforzarte de verdad para conseguir leer una página completa. Y mira que yo soy un lector voraz. De los de un par de libros a la semana como mínimo. Pues bien, todos los de la temática mencionada me resultan insufribles. Y los capítulos de otros libros que tratan sobre esto, más de lo mismo. Me pasa un poco lo mismo con la entomología. A ver, que se me entienda bien, me parece estupendo que alguien tenga la entomología como hobby. Nada en contra. Ahora bien, si alguien piensa que va a pescar más o menos por ponerse a examinar con lupa o microscopio los genitales de tal o cual especie, está listo. Yo siempre trato de ser lo más práctico posible. Y sin ignorar algunas cosas que nos dice la ciencia, prefiero fiarme, siempre que sea posible, de la experiencia. Pero no solo de la mía. De la experiencia que más me fío es de la de aquellos que están ya todos jubilados hace tiempo y que se pasaron la vida en la orilla del río. No perdiendo el tiempo con las fotitos de Instagram o escribiendo majaderías en un blog. No, no. Los que han vivido en el río. ¿Con qué pescaba está gente? Ah, coño. Pescaban con pluma de León. Y con Gütermann. Y con El Molino. Y con liebre .Y luego casi todos se pasaron al cdc y algunos al Fly-Rite. Y al Barón Rojo. Y ya está. Se le puede dar mil vueltas a todo, pero en realidad nunca vamos a conseguir nada mucho mejor que aquellos que nos precedieron. Si hasta muchos perdigones tienen su equivalente en nuestras ahogadas tradicionales de toda la vida: - Culirrojo = el falangista. - Vitamina = el morado cardenal. - Nasa = el morado nazareno. - Lagartum = el aceituna. - Etc. Como digo muchas veces yo siempre tiendo a pensar que la gente no es imbécil, así que si algo lleva décadas funcionando en manos de muchos pescadores diferentes, ¿qué sentido tiene no seguir sus pasos y continuar utilizando lo mismo? Sí, es cierto que a día de hoy tenemos conocimientos más avanzados, por decirlo de alguna manera. Pero que tengamos un conocimiento más amplio de algo, más científico, no significa que todo ese conocimiento vaya a ser mas útil a la hora de la verdad. Si yo tuviese que irme ahora mismo a atravesar a pie el Madidi, procuraría por todos los medios hacerme acompañar de varios indígenas, ya que sería lo que me garantizaría salir con vida de esa situación. No me haría acompañar por un biólogo, un bioquímico, un geólogo o un geógrafo. Seguro que tienen un conocimiento mucho más profundo del tipo de suelos, el tipo de rocas, el número de especies de flora y fauna que conforman dicho ecosistema y todas esas cosas, pero el que sabe evitar los peligros, el que sabe encontrar comida y el que siempre será capaz de hallar el camino de regreso va a ser el que se ha criado allí, que sin tener un conocimiento científico como el que podrían tener los otros, es el que conoce los códigos necesarios para garantizar la supervivencia en dicho entorno. Pues con la pesca pasa un poco lo mismo. El paisanín del pueblo a lo mejor no sabe si ese mosquito se llama Baetis vernus, Baetis scambus o Baetis fuscatus o lo que cojones sea, pero sabe que si va al río en junio con un mosquito hecho con el 662 de Gütermann, afeita cada trucha que se le ponga a tiro. Y de estos es de los que hay que aprender. Y por desgracia, muchos se nos han ido ya, así que si tenéis cerca algún paisano que haya mamado el río desde que nació, seguro que os agradece un montón que le regaléis unas moscas, que lo llevéis algún día al río o que quedéis de vez en cuando para tomar un café, y en medio de la conversación seguro que aprendéis con uno de estos mucho más en una tarde de charla que si vais solos al río cualquier tarde de pesca. Ahora bien, si lo que prefieres es coger el libro ese que escribieron un arqueólogo y un editor de vídeo en el que se dedican a decir lo que quiere una trucha de una mosca como si se hubiesen metido ellos en el cerebro del pez, y creerte a pies juntillas cualquier cosa que digan... pues nada. Muchas suerte con eso.
15 abr, 2024
A menudo se nos acusa a los españoles, o nos acusamos entre nosotros, de tener una obsesión desmedida por el color de las imitaciones. Bueno, no a todos. A algunos más bien, aficionados al uso de sedas y rayones para la confección de moscas secas o ahogadas. Se usan argumentos como que si los franceses o los italianos no necesitan tanto Gütermann para pescar, nosotros tampoco, y cosas así. Está muy bien todo esto, pero a menudo resulta mucho más provechoso fijarse en lo que las marcas y los fabricantes ofrecen, ya que suele estar bastante bien alineado con lo que los pescadores demandan. Luego seguimos con esto. Antes otra cosa. Vamos a centrarnos primero en lo nuestro. Sin pensar mucho, voy a hacer un listado de todos los colores de Gütermann que podría considerar indispensables un gutetmanniaco de verdad para pescar con mosca seca: 3, 5, 6, 40, 45, 139, 165, 170, 221, 249, 258, 273, 286, 300, 350, 362, 400, 404, 412, 416, 420, 431, 448, 449, 458, 528, 580, 612, 660, 662, 724, 823, 849, 886, 893, 898, 900, 968, 977, 980, 982. Se podrían poner más, pero también se podrían poner muchos menos. He intentado ser generoso en la elaboración de esta lista para que estén casi todos los que deben estar, si bien la mayor parte de nosotros no utilizamos ni de lejos tanta variedad de colores. Son unos cuarenta colores diferentes con los que se podría cubrir de forma más o menos exacta la práctica totalidad de los macroinvertebrados acuáticos que pueblan nuestros ríos. Ahora vamos a comparar lo que consideran adecuado para imitar todo lo que sea necesario imitar fabricantes que son completamente ajenos a este rollo nuestro de la Gutermannía. Los que tengan cierta edad recordarán el famoso cubilete de dubbing SLF del que algún color se cotiza tanto o más que los Gütermann y que por un lado traía una selección de 15 colores de Davy Wotton y por el otro lado otros 15 colores de Oliver Edwards. Estos no son sospechosos de ser gutetmanniacos ni nada de eso, y ¡qué cosa!, consideran que son 30 colores los necesarios para cubrir todas las imitaciones necesarias para pescar. Aunque esto no es cierto del todo, ya que no cubrirían todas las especies, sino las que consideraron más importantes para el pescador. En todo caso, con 30 sería suficiente. Seguimos por los Estados Unidos y vamos ahora con otro fabricante: Fly-Rite. Fly-Rite vende una carpetita con todos los colores que ellos consideran necesarios para imitar adecuadamente los insectos de los que se pueda alimentar una trucha y, curiosamente, esa selección de colores es de un total de... ¡45 colores! Otros tarados estos de Fly-Rite, está claro. Si todo el mundo sabe que con una oreja de liebre pescas todas las truchas del mundo y que los polacos, los checos y los franceses han ganado no sé cuántas medallas sin usar moscas hechas con sedas de colorines. Pero sigamos. Vámonos ahora a las Islas Británicas. De allí son los materiales de Gordon Griffiths. Pues bien, de esta marca tengo una colección de dubbing sustituto de foca que contiene ni más ni menos que 57 colores diferentes. Vale que hay algunos que estarían indicados para moscas de salmón o algunas ahogadas de trucha o reo que no tienen como finalidad principal imitar exactamente nada, pero lo he revisado mientras escribo esto y si nos quedamos en los tonos que servirían para imitar insectos que habitualmente tratamos de imitar con nuestras moscas secas, suman un total de 42 colores (olivas, amarillos, carnes, naranjas, granates, marrones, etc.). Si buscas cartas de colores antiguos de las sedas Pearsall, por citar la marca más conocida, verás que no es raro ni difícil encontrar cartas de colores de este fabricante que en total presenta cuarenta colores diferentes. Si te vas a Japón y empiezas a buscar entre las sedas japonesas podrás comprobar fácilmente que la carta de colores completa de Gütermann se queda minúscula en comparación a la variedad tonal de las sedas japonesas. Y estas se usan también para atar moscas, aunque no se fabriquen especialmente con ese fin (lo mismo que las Gütermann). Sigamos. Vamos a darnos un paseo por Italia, a ver qué encontramos. Nos vamos a una de las tiendas más conocidas de allí, que es 54 Dean Street, y si nos fijamos en las sedas que venden para hacer cuerpos de moscas podemos ver que tienen una colección de "Pure Silk" formada por 25 colores, otra colección de "Ephemera Silk" formada por otros 15 colores y 10 colores más en Semperfli. No sé si me habré equivocado al contar, pero me he tomado la molestia de ver los colores que se repiten entre las tres colecciones, y quitando los tonos repetidos, en total me salen 31 colores diferentes. También tienen el Semperfli Dry Poliyarn que en total son 28 colores diferentes o el Semperfli Dirty Bug Yarn que son 30 colores diferentes. Si dejamos a un lado las sedas y nos vamos a los dubbings tenemos el Poul Jorgensen Seal-ex dubbing con 27 colores o el Semperfli Superfine Dubbing con 42 colores diferentes. Si nos vamos a la República Checa nos encontramos con que Siman o Hends tienen infinidad de colores en sus diferentes tipos de dubbing, no siendo extraño que en algunos de esos tipos de dubbing pasen de los cuarenta colores distintos. En fin, podría seguir haciendo esto con muchos más tipos de dubbing de otros fabricantes pero en todos los materiales que más o menos pueden utilizarse para imitaciones de moscas secas nos vamos a encontrar lo mismo: cartas de colores de entre 25 y 45 colores diferentes, según el fabricante y el tipo de material que sea. El que quiera comprobarlo por sí mismo, ahí tiene Google. A mi me sirve para comprobar que la misma obsesión que podamos tener nosotros por los colores, la tienen igual en cualquier otro lado a tenor de lo que las tiendas y los fabricantes ponen a disposición de sus clientes. Y como todos sabemos, las empresas no fabrican cosas para hacernos felices a nosotros. Fabrican cosas para ganar dinero. Si toda esa variedad de colores no se vendiese, ni por asomo se fabricarían. Y si se venden, se usan. O se acumulan, como algunos hacen con los Gütermann. Recientemente Fulling Mill ha sacado un montón de tipos de dubbing en los que hay un montón de colores diferentes, y alguno de ellos casi de forma instantánea ha cogido categoría de "mítico", como el color Mustard del dubbing Eco Warrior, que está tan buscado como el Gütermann 249 o el Chadwick's 477. Como dejen de fabricar ese color o las tintadas nuevas no sean como la original, se verán bolsitas de ese dubbing a la venta por cientos de dólares no pasando muchos años, pero luego somos nosotros los chiflados del color. Y no me quiero meter en las mezclas, pero alguna vez he tenido que hacer moscas para algún célebre pescador europeo, que me ha pasado alguna ficha de montaje mezclando diferentes tipos de dubbing con proporciones exactas que ríete tú de lo de Gütermann. Bueno, ahí está la famosa Branco Killer, que parece ser que el cuerpo del montaje original mezcla como seis o siete materiales diferentes. Es más, si volvemos al punto de partida y tuviese que hacer un listado con todos los hilos que creo que son imprescindibles para montar moscas por su eficacia demostrada, me sale un listado bastante más corto que cualquiera de todos los que hemos visto: - Amann 379. - Gütermann 258. - Zirayón 4122. - La Paleta 3324. - Gütermann 286. - Gütermann 19. - Gütermann 431. - Gütermann 249. - Gütermann 580. - La Paleta 3277. - La Paleta 3279. - Gütermann 977. - Gütermann 662. - Gütermann 6. - La Paleta 3322. Con estos quince colores se podría pescar todo el año sin mayor problema. Obviamente también podemos reducir cualquiera de las otras colecciones mencionadas a los 10-12 imprescindibles, pero es que justamente eso es lo que he tratado de explicar, y es que allá a donde vayas a buscar, vas a tener variedad de colores más que de sobra para elegir. No es únicamente cosa nuestra. E insisto: si todos esos materiales no los comprasen montadores a lo largo y ancho del mundo entero, las empresas no los fabricarían, porque a día de hoy no se ha conocido todavía ninguna empresa en la historia de la humanidad que fabrique productos para no venderlos.
14 abr, 2024
Esto va sobre todo enfocado para personas que se están iniciando o que no llevan demasiado tiempo pescando con mosca, así que si no es tu caso, a lo mejor no hay nada para ti hoy por aquí. Aclarado eso, una duda que a menudo me han planteado es la siguiente: "¿Cuántas cañas necesito realmente?". A ver... No hay respuesta para eso. Tengo un amigo que se compra todos los años dos cañas. Una de precio medio por Navidad y otra de gama algo más alta por su cumpleaños. Lleva más de treinta años pescando a mosca, así que dentro de nada tendrá unas 70 cañas, si no las tiene ya. Además, no vende ninguna, porque todas han sido regalos, sí, "autoregalos", pero regalos al fin y al cabo, y siempre me dice para justificar su enorme colección de cañas que es de mala educación vender algo que te han regalado. Cuando nos cuenta esta milonga a los amigos, que también pescamos, puede colar, pero no sé qué tal le irá cada vez que se la cuenta a su mujer. El caso es que viene muy bien que tenga esta costumbre desde que empezó a pescar porque eso ha hecho posible que, entre otras cosas, me haya prestado y haya podido probar algunas antiguallas de G. Loomis, Sage, Powell, Redington o Winston, que de otra manera jamás habría podido ponerles las manos encima. Entonces... ¿Es necesario juntarse con setenta cañas? Rotundamente no. Las cañas que vas a necesitar van a depender principalmente de cuántas especies vas a querer pescar a mosca, en cuántos escenarios y con qué frecuencia. Por esto decía que responder esa duda es una cuestión imposible, ya que depende de cada caso. En mi caso, para este año, tengo para usar una 10'3" línea 2, una 7'3" línea 2, una 6'0" línea 1, una 8'6" línea 4 y una 10'2" línea 3 para trucha y una 9'6" línea 7 para barbo y carpa. Para todo lo que pesco a mosca, de sobra, si bien me falta recuperar alguna 9'6" línea 2 o línea 3, que he ido cambiando y/o vendiendo todas las que he tenido de esas medidas y ahora mismo no tengo ninguna. El caso es que me he puesto a escribir esto porque justo hace unos días me preguntaba una persona por esta cuestión en Instagram y la persona que me lo preguntó se encargó de dejar la cuestión mucho más acotada. Decía más o menos que llevaba un año y medio pescando con el kit de iniciación que le recomendaron en la tienda y con una caña de 10' línea 3 que había comprado de segunda mano, que solo le interesaba pescar truchas, principalmente en la zona cantábrica y alguna vez en León o Palencia, que no tenía previsto hacer viajes y que no le interesaba pescar ninguna otra especie, pero que quería hacerse con tres o cuatro cañas de calidad que le cubriesen todas las técnicas y que quería algo bueno para no tener que andar comprando cada poco tiempo para mejorar el equipo. Entrando en detalle de esta forma sí que se puede intentar responder, así que más o menos esto fue lo que le dije: "Mira, no me atrevo a recomendarte marcas ni medidas concretas porque cada uno tenemos una forma diferente de pescar, pero lo que sí voy a hacer es decirte cuáles son los modelos que más he estado utilizando yo los últimos años y por qué. Para seca en ríos de cualquier tamaño la medida que más he utilizado en los últimos diez años ha sido una de 9'6" línea 2. De hecho compré esa caña, la usé mucho, la vendí para coger otra de 9'5" línea 3 queriendo mejorar, y vendí la de 9'5" línea 3 para volver a comprar la otra de 9'6" línea 2. Las utilizo tanto con una línea 2 como con una línea 3, las dos WF, así que en función del río, el viento y las moscas que vaya a usar le meto una línea u otra y me arreglo con ella en todas partes. En mi caso han sido Maxia MX y SX las que he estado utilizando. Para ninfa, después de probar todas las medidas habidas y por haber, yo estoy más cómodo con cañas no tan largas, así que la medida que más he utilizado ha sido 10'2" línea 0 y 10'3" línea 2. Si solo la vas a usar para ninfa me iría a por una 10'6", pero a mi pescar a ninfa todo el rato me aburre un poco y no me gusta cargar con dos cañas, por eso busco una medida un poco más corta que me haga el apaño para poder pescar a seca a ratos o si de repente hay actividad. Este año usaré para esos días de llevar solamente una caña la Castor Expert de 10'2" línea 3. En mi caso, como me gusta pescar ríos pequeños a menudo, aunque algunos años los he tenido un poco olvidados, 7'6" para línea 2 o 3 es una medida que uso mucho. En este caso, además, siempre cañas muy baratas de gama baja o media como mucho, porque en este tipo de ríos dar con la puntera de la caña en una ramita y que se te rompa suele pasar de vez en cuando, así que como no quiero llevarme un disgusto ya hace mucho tiempo que en estas medidas siempre uso cañas baratitas. He estado usando en estos escenarios una Redington CT de 7'6" línea 3 de la que me deshice hace un tiempo y ahora usaré una TFO Finesse de 7'·2 línea 2 y una de fibra de vidrio de 6'0" línea 1 con un blank de un fabricante japonés. Y luego para pesca estrictamente a seca en ríos grandes y con probabilidad de sacar peces grandes o muy grandes, uso muchísimo una de 8'6" línea 4, a veces con línea 4 y otras con línea 3, pero es una medida muy clásica que para pescar a seca de forma tradicional me gusta más que las otras dos medidas clásicas, que serían 9' línea 4 y 9' línea 5. Pero esto va un poco en gustos. He ido pensando mientras te iba escribiendo todo esto y por no dejarte sin respuesta concreta, que si yo tuviese que cogerme ahora cuatro cañas para cubrir todo, y tratando de optimizar también la inversión en carretes y líneas, que igual me cogería una 9'6" línea 2-3, una 10'6" línea 2-3 y luego una medida más clásica para seca, de 9' línea 4 para todo tipo de ríos o de menos de 8' y línea 3 si frecuentas ríos pequeños. Si te gusta mucho pescar a ninfa y le dedicas más tiempo a la ninfa que a la seca, entonces cogería estas tres medidas: 9'6" línea 2-3, 10'2" línea 2-3 y 10'8" línea 2-3". Eso fue lo que le respondí, que acabo de copiar y pegar los mensajes que le mandé. Y luego ya pensando por mi cuenta me puse a hacer el juego de si sería posible con cinco cañas pescar todas las especies que tenemos en agua dulce en nuestros ríos, y aunque haya que forzar un poco la cosa en alguna especie, me quedaría con estos cinco modelos: - 9' línea 11-12 para el siluro. - 10' línea 7-8 para el salmón. - 9' línea 8-9 para lucio, bass y carpa. - 9' línea 6-7 para barbo. - 10' línea 2-3 para trucha. Así podemos jugar un poco con la 6-7 para bass con moscas pequeñas y carpas medianas o pequeñas, la de trucha no es perfecta para nada pero vale un poco para todo, la de 10' de salmón también podría servirnos para barbos, carpas o basses desde pato o en pantanos con orillas escarpadas donde un poco más de longitud ayude, etc. En cualquier caso, igual que no es necesario comprarse un par de cañas nuevas cada año, si es posible, tampoco conviene limitarse tanto como para que haya que andar haciendo apaños.
13 abr, 2024
Tuve otro blog hace muchos años, de aquellos de Blogspot de Google, en el que si no recuerdo mal escribí algunos artículos sobre la supuesta selectividad de los peces. Creo que aquellos artículos cosecharon únicamente detractores, así que dado que la cerrazón era obvia en aquellos tiempos, me dije que mejor no seguir con el tema. Sucede que en muchos casos todo nuestro edificio de ideas y creencias se ha cimentado sobre una serie de ocurrencias que no tienen necesariamente mucho que ver con la verdad. Pero esto pasa constantemente. Y no solo en la pesca con mosca. Siempre te han dicho, por ejemplo, que la democracia es un invento europeo. Claro, dado que se creó en Grecia y Grecia está en Europa. Ya sabes, Clístenes, Pericles y toda esa tropa. Lo que no se dice tan habitualmente, quizás porque nunca fue conveniente hacerlo o quizás porque se ignora, es que Grecia, en aquella época, miraba principalmente hacia Asia y tenía bastante más que ver con Oriente Próximo que con Europa, aparte de alguna colonia suelta por el norte de África, Italia e incluso la Península Ibérica. Los romanos defensores de la Roma tradicional, como los dos Catones o Fabio Máximo, por nombrar algunos de los más célebres, consideraban cualquier influencia griega como algo pernicioso y orientalizante. Y para los griegos, incluso habiendo sido sometidos, los romanos nunca dejaron de ser bárbaros, por no decir que los consideraban básicamente unos paletos. Incluso mucho tiempo después de inventarse la cosa esa de la democracia, cuando a Alejandro se le metió en la cabeza aquello de conquistar el mundo, para donde tiró directo fue para Asia. De Europa ni se acordó. Nada de valor había entre bosques, nieblas, barbudos varios y mujeres que a lo mejor le sacaban la cabeza. Y eso ya sin entrar en que considerar la existencia de unas cuantas docenas de polis griegas, como la existencia de la misma Grecia, es mucho considerar. Sería como decir "España en el siglo VIII...". Una tontería. De hecho, en Europa, no se debería hablar de los estados modernos como actualmente los conocemos hasta que se copió el modelo chino de una organización estatal jerarquizada fuerte, en la que un cuerpo de funcionarios más o menos grande se dedica a hacer que los asuntos de Estado vayan saliendo adelante y en la que para ser funcionario es necesario aprobar un examen de acceso. En cambio, para soltar cuatro gilipolleces en un blog de pesca, o incluso plasmarlas en un libro, no hace falta ningún examen de acceso. Cualquiera puede coger papel y boli, o dispositivo digital análogo, y ponerse a escribir sobre cualquier aspecto de la pesca con mosca como si tuviese alguna idea relevante al respecto. Y he aquí que nos encontramos con un grupo más bien nutrido que no tuvo suficiente con interpretar el comportamiento del ser humano frente a la pesca con mosca, sino que le echaron un par de huevos morenos bien gordos, y dijeron: "ostia, tú, que lo de escribir sobre cañas, líneas o moscas está muy bien, pero lo que de verdad lo va a petar es que nos pongamos a escribir sobre cómo se comporta el pez y por qué se comporta así". Y entre anillos de las subidas y nuevos ángulos, fueron unos cuantos extendiendo una serie de ideas que en muchos casos se dieron por buenas sin más y pasaron a formar parte del grupo de ideas vertebradoras que el común de los pescadores tiene sobre la pesca con mosca. Así, un depredador cómo la trucha, con un cerebro del tamaño de un guisante, que lo más lógico es que solo se ocupe de comer, no ser comido y reproducirse, pasa a convertirse en una especie de superhéroe capaz de distinguir no solo entre unos insectos y otros, sino que habrá momentos en los que se alimente únicamente de las Baetis fuscatus cuya eclosión haya comenzado en los minutos impares de la hora. Es decir, los ejemplares de ese género y especie concretos que eclosionan a las xx:01, xx:03, xx:05 y así sucesivamente, descartando las que eclosionen a las xx:00, xx:02, xx:04, etc. Y fíjate bien lo únicas que son las truchas en esto, que no se conoce comportamiento similar en ningún otro depredador en el planeta, salvo que se trate de algún otro pez susceptible de ser pescado con mosca. A mi me gusta el ejemplo de los leones o los cocodrilos en el Masái Mara. Es obvio que en plena migración del ñu y otros herbívoros, se van a alimentar de lo que es más abundante en ese momento. O sea, si están las cebras eclosionando, pues vamos a cebarnos de cebras, que hay por todos lados. Ahora bien, ¿alguien cree que, como depredadores y oportunistas que son, como las truchas, desperdiciarían el bocado fácil de una cría de elefante o de un impala que se les pudiese poner a tiro? No digo que una trucha se vaya a comer un elefante eh. A veces hay que hacer estas aclaraciones para que no venga a hacer capturas de pantalla sesgadas alguno corto de entendederas o con ellas demasiado largas pero que lo que quiere es andar jodiendo. Es más. Si esa cría de elefante además tuviese una visible cojera, estuviese apartada de su manada o se encontrase claramente extraviada, ¿no se sabe ya desde hace muchísimo tiempo que cualquiera de esas circunstancias sería un imán para cualquier depredador? Pues en el caso de las truchas, parece que no es así. Las truchas son animales superinteligentes capaces de ir en contra de sus más primigenios instintos con el único objetivo de fastidiar al pescador con mosca. Pero claro, es mucho más cómodo quedarse con este pensamiento que asumir que somos incapaces de ser más listos que un animal con el cerebro del tamaño de un guisante. Y, además, todo ese rollo de la selectividad y demás siempre ha venido muy bien para vender moscas, hilos, libros e incluso cañas o líneas. Lo más sorprendente llega cuando alguno de los que defendía la cosa esa de la selectividad como si fuese un dogma de fe se traslada a pescar a alguna zona remota, en este continente o en otros, donde la presión de pesca es prácticamente inexistente y se encuentra con truchas que se comen un zapato que les tire. "No, pero es que en zonas de montaña no hay grandes eclosiones y entonces ahí comen de todo porque no pueden desperdiciar oportunidades y bla, bla, bla". "No, pero es que en ese río de Patagonia no había pescado nadie antes que nosotros ese año porque es una finca privada y entonces están acostumbradas a comer tranquilas de todo, luego cuando empiezan a ir pescadores es cuando se empiezan a poner selectivas y bla, bla, bla". "Es que te juro que un día pescando en tal río hasta que no puse esa mosca no saqué ningún pez y bla, bla, bla". Claro que sí. ¿Pero en qué quedamos? ¿Es la selectividad un comportamiento intrínseco de la trucha? Y hasta que pusiste esa mosca: ¿Cuánto tramo de río habías pescado? ¿Cuántas veces y cómo has modificado el bajo cada vez que has cambiado de mosca? ¿Cómo te has aproximado antes de hacer cada lance? ¿En qué orilla del río estabas cuando ninguna te subía y cuando han empezado a subirte? ¿Es posible que llevases un pescador al que no has visto unos doscientos metros delante y que justo te hayan empezado a subir los peces cuando él ha dejado de pescar y se ha salido del río y has llegado tú al tramo no pescado? Son solo algunos ejemplos de variantes sobre las que no siempre tenemos el control, pero no pasa nada, siempre podremos enterrar nuestra incapacidad para engañar a un pez en esa supuesta selectividad de las superinteligentes truchas que es la tumba a la que caen derrotados y muertos demasiados pescadores. Afortunadamente, y por eso he vuelto hoy sobre este tema, cada vez son más los pescadores que ya no tragan con todos esos cuentos. Por un lado, porque encontrarse días de truchas comiendo en superficie sin parar cada vez se ha reducido más a unos ríos determinados y unos sitios concretos y situaciones muy puntuales. Por otro lado, y esto es algo que sí hay que agradecer a muchos pescadores que compiten, porque cada vez es más frecuente la idea de que la mosca no importa tanto si todo lo demás no se hace más o menos bien, y que para pescar en cualquier parte del mundo con unas cuantas moscas basta. Y por otro lado, debe ser un triángulo, porque cada vez son más los pescadores que se han decidido a probar por sí mismos y se han dejado ya de historias de ir cargando con cientos de moscas encima para por fin pasar a usar solamente los diez o doce modelos con los que de verdad pescaban.
12 abr, 2024
Ya sabrás que por falta de tiempo tengo prácticamente clausurados los canales de comunicación directa como el correo electrónico o los mensajes en Facebook. Y si no lo sabes, aprovecho para recordarlo: que nadie gaste un minuto de su tiempo en enviar emails a la cuenta de correo asociada a esta página, porque no la miro nunca. No la tengo configurada ni en el outlook del pc ni en el móvil, y jamás me conecto a través del servicio webmail. Ya había avisado de que no la revisaría antes de empezar con la aventura esta de publicar un artículo al día durante todos los días del año, pero por si alguien no estaba al tanto y está enviando emails, lamento decir que no dispongo de tiempo, no ya para responderlos, sino para leerlos siquiera. No es un capricho. A veces responder algún mensaje me llevaba más tiempo que escribir un artículo para la web. Porque lo que escribo en la web ya me lo sé todo de memoria, no tengo que consultar información en ningún sitio, y cuando me preguntan por alguna cosa que no me sé de memoria, tocaba buscar la información, escribir el mensaje y demás. Este artículo me va a llevar unos diez minutos escribirlo. Si alguien me pregunta por las diferentes versiones del carrete CFO de Orvis, por poner un ejemplo, me lleva media hora buscar toda la información, porque eso no me lo sé de memoria. En todo caso, lo que venía a decir hoy, y así vale ya para siempre, es que yo puedo dar mi opinión sobre algún equipo que haya probado o sobre alguna marca o lo que sea. Pero sea mi opinión positiva o no, en caso de serlo, no significa que lo esté recomendando. No tampoco que esté diciendo que no se compre en caso de que no me guste. Que me guste algo o que no me guste solo sirve para mí. No sirve para tí. Además, solo hay tres marcas que yo recomendaría sin demasiadas dudas. Y no me une en el momento de escribir esto a ninguna de esas tres marcas ninguna otra relación que no sea la de un cliente satisfecho. Ni con esas tres marcas, ni con ninguna. Una de esas marcas es Danielsson. Son carretes indestructibles, tienen variedad suficiente para poder pescar cualquier especie con cualquier técnica de pesca, su servicio postventa es insuperable, si bien lo más probable es que no lo necesites nunca. Yo solo lo he usado para que me pusieran al día un Loop Original que tenía más de veinte años y al que jamás le había hecho mantenimiento alguno. Seguía funcionando a la perfección, pero quería meterle alguna pieza nueva. Lo mandé para allá y me lo devolvieron que creo que funcionaba mejor que cuando era nuevo. Creo que dentro de dos años cumplirá los 30, el carrete, digo, y sigue en perfecto funcionamiento. Otra marca que recomendaría es C&F. He usado sus cajas desde que las vendía Lake&River y ni siquiera tenían todavía el foam ranurado. Eran una especie de tiras de foam. Todavía tengo alguna de esas por casa. Con esto quiero decir que tengo cajas suyas que creo que son de finales los 90 o quizás los primeros 2000, y ahí siguen. Y otras más modernas también, claro. Y si algo me he encontrado con los productos de C&F es garantía de durabilidad, diseño y funcionalidad acorde al precio. Y la última marca que recomendaría es Fishpond. No hay chestpacks que duren más, que estén mejor construidos, con un diseño perfecto o casi y que no te vayan a dar ni un solo problema por muy intenso que sea el uso al que los sometas. Lo mismo con las bolsas, mochilas, chalecos y demás, que he tenido un poco de todo de esta marca, y todo ha sido excepcional. Luego hay productos sueltos de algunas otras marcas que también recomendaría. Pero solo unos productos en concreto, no es extensible a todos los productos de estas marcas. Me gustan mucho, y no me han fallado jamás, los anzuelos Hanak 130BL y los 100BL para algún montaje específico que necesite tija un poco más larga. Algún modelo de Hends, de Baetis, por supuesto de Tiemco, etc. De Petitjean recomendaría su torno Master sin dudarlo. Ya sé que es carísimo, pero yo para estas cosas siempre hago la cuenta a largo plazo. Si me dura veinte años, que los va a durar sin problema porque ya casi va por la mitad de eso y está impecable sin una sola marca de uso, al final haciendo la división me sale que ese torno me ha costado 24€ al año. Obviamente, cuando lo compré ya lo había utilizado antes e iba sobre seguro, así que sabía que era una compra para siempre. Con las cañas no suelo hacer esa cuenta porque raro es que no me haya aburrido de ellas en uno o dos años. Y también es verdad que cuando yo compré ese torno costaba bastante menos de lo que cuesta ahora, que me parece un poco caro al precio actual. Por ese motivo, si tuviese que comprar un torno hoy, compraría un Regal o un Cottarelli. Para aquellos que quieran pescar truchas gordas con terminales gruesos y cañas potentes, sin dudar les recomendaría los anzuelos Tiemco 2499SPBL y 100SPBL. Yo no pesco así, y no los uso demasiado, pero tengo todavía un buen arsenal en casa de los dos modelos por si algún día me da por hacer un viaje a algún lado donde el tamaño medio de los peces sea grande o muy grande y tenga que utilizar terminales gruesos y equipos más potentes. Recomendaría también las líneas TT de Wulff, si es ese el perfil que te gusta. Pero en funcionalidad y durabilidad ninguna queja. Creo que todavía uso una que tiene más de quince años, y no está cuarteada ni tiene memoria ni nada. Es cierto que no son las que mejor flotan, pero a mí, entre las líneas de marca, siguen siendo las que más me duran. De cosas más clásicas recomendaría también sin pensármelo mucho los Orvis CFO made in England, los Hardy JLH, las Winston IM6, las Gary Loomis GLX antiguas, mejor si es el modelo de dos tramos tanto en las Winston como en las Gary Loomis, y las Sage TXL. Y poca cosa más. Como decía, una cosa es que algo me guste o me haya salido bueno a mí, que puede haber sido por casualidad, a que haya podido comprobar tanto en mi propia experiencia como en el de compañeros y amigos de pesca, que determinado producto es una garantía absoluta. Solo recomendaría aquello que haya podido comprobar que es una garantía absoluta. Pero sobre todo, te recomendaría que no le pidas a nadie nunca que te recomiende una caña, un vadeador, unas botas o lo que sea. Primero, porque como decía al principio, que una persona esté encantada con un determinado producto, no significa que ese producto vaya a ser bueno también para tí. Y, en segundo lugar, porque no resulta muy conveniente poner en los hombros de otra persona ni siquiera una mínima responsabilidad de los 100, 200, 300 euros o lo que sea que te vayas a gastar en una caña, un vadeador, unas botas o lo que sea.
11 abr, 2024
Siempre se había dicho que para atar moscas secas el anzuelo debía ser lo más fino y ligero que fuese posible. Sé que muchos hoy en día no comulgan con esta idea, quizás porque se fabrica alguno de los anzuelos más finos que ha habido, pero en las moscas que hago para mí mismo, es una norma que intento seguir a rajatabla. Si bien, dependiendo de la imitación a montar, utilizo anzuelos de tija fina o anzuelos de tija estándar. Entre los de tija fina podríamos nombrar: Hanak 130BL, Partridge Fine Dry, Hends 404BL, Baetis D04BL, Tiemco 103BL, Tiemco 900BL, Tiemco 902BL, Hanak 100BL... Entre los de tija estándar estarían: Hanak 230BL, Partridge SLD2 Standard Dry, Fulling Mill Ultimate Dry Fly, Hends 454BL, Tiemco 100SPBL, Riberfly 9210… Por supuesto, hablo ahora exclusivamente de anzuelos de tija recta. Para anzuelos curvos ya publiqué otro artículo hace tiempo. Y según el tipo de montaje que sea, o según donde vaya a utilizar la mosca, utilizo unos u otros. Un resumen de cómo y por qué utilizo unos u otros podría ser: - Para efémeras en seda o rayón. Partridge Fine Dry, Hanak 130BL, Baetis D04 o similares. Creo que son los más finos de todos, así a ojo, o sea que deberían ser los que mejor vayan para moscas secas con un material que coge agua, la seda, y otro que solo flota bien cuando está perfectamente seco, el cdc. - Para efémeras en dubbing. Aquí, dependiendo del tipo de dubbing, uso unos u otros. Por ejemplo, cuando voy a hacer toda la tirada de moscas con los cinco o seis colores de Fly-Rite que utilizo, suelo comprar diez o doce cajas del Hends 404BL, en tres o cuatro tamaños, y hacer todo del tirón en ese anzuelo. Si se trata de algún dubbing que coja agua, usaría los mismos que para sedas y rayones. - Para tricópteros en paracaídas y hormigas. Aquí me gustan, aunque no sé bien por qué, los anzuelos más clásicos tipo TMC 900 o 902. Tienen menos ancho de boca y la tija más larga, lo que podríamos considerar que son dos puntos en contra, y en mi opinión los invalidan para montar efémeras en ellos porque no me gusta estéticamente el perfil que queda en la mosca si hago efémeras en anzuelos de ese tipo, pero para tricópteros en paracaídas que solo uso en tramos de montaña, donde suelen abundar las truchas de pequeño y mediano tamaño, son dos anzuelos tan finos y tan ligeros que me encantan. Y además son negros, que para mi es un punto a favor. Las hormigas me gusta hacerlas, así como los dípteros, en el Tiemco 103BL del 19 y el 21. Pero este solo lo uso para mí, porque es un anzuelo delicado, y hay que estar con mil ojos puestos en él mientras se usa. Con un pez en esos dos tamaños, el 19 y el 21, es improbable que se abran, pero si enganchas en una rama, una planta, una piedra o donde sea, es fácil que se le descascarille la punta. - Para la MP81/MP82. Para esta también me gustan los anzuelos de tija un poco más larga, y el que estoy usando últimamente en las que hago para mí es el Hanak 100BL. Además he decidido que esta mosca a partir del 15 de abril de 2024 ya no la haré más durante una larga temporada. El TMC100SPBL es otra opción que también he usado mucho. - Para zonas de truchas grandes. Si hay peces de buen porte allí a donde tengo previsto ir a pescar siempre hago unas cuantas moscas en algún anzuelo más grueso de lo que me gusta, como el Partridge Standard Dry o el Fulling Mill Ultimate Dry Fly. Estos dos los uso generalmente para los perdigones, pero como digo, también para alguna seca para zonas de truchas grandes. De todas maneras el Hanak 130 BL no conozco a nadie a quien se le haya abierto uno, así que puede utilizarse con absoluta confianza. - Para ninfas ligeras y medias. Aquí utilizo los más finitos, ya que lo que me interesa es que claven lo mejor posible, si bien hay una excepción. Me gusta hacerlas en el Hanak 130BL, el Hends 404BL o el Baetis D04BL. Siempre llevo en la caja algunas ninfas pequeñitas, montadas en el 18 o 20, en anzuelos de tija estándar y no fina, tipo Partridge Standard Dry o Fulling Mill Ultimate Dry Fly, ya que si bien no suele haber problema por los peces, sí es cierto que con los ríos muy bajos, incluso estas ninfas tan ligeras pueden engancharse en alguna piedra o en algún palo en el fondo, y con anzuelos muy finos, en el caso de enganchar en piedras o palos, nos arriesgamos a que se deteriore la punta o incluso se pueda abrir si tiramos como un burro a ver si se desengancha. - Para ninfas pesadas. Aquí el que más me gustaba era el Hanak 230BL, que en su día era negro, como el TMC 103BL, pero más fuerte. Y de repente, en uno de los pedidos, ya no era negro, sino que era black nickel, y no exactamente igual que el modelo original, aparte del color, así que desde entonces tengo una especie de amor-odio, si bien tampoco he probado nada que me convenza más, así que sigo con él. También es cierto que en mi caja ninfas pesadas en anzuelo recto deben ir docena y media, porque para ninfas pesadas prefiero otros montajes que van en anzuelos que no son rectos, como por ejemplo el Hanak 500BL, el Fulling Mill Grab Gape o el Hends 164BL. Y con pesadas me refiero a partir de 3.5 mm de bola de tungsteno para arriba.
10 abr, 2024
Si has empezado a pescar con mosca ya en el siglo XXI, muchas de las cosas que voy a decir te van a sonar a ciencia ficción. Pero es que nos hemos vuelto tan gilipollas, perdón, tiquismiquis, con el tema de los equipos, que creo que puede ser interesante traer de vuelta algunos recuerdos. Vamos a ver. Cuando empezamos a pescar todos los de las generaciones a las que nos tocó la mili obligatoria, lo normal era pescar con una caña de 9' línea 5, que era la que valía para todo: seca, ninfa, streamer y lo que fuera. Además, con dos cojones, no éramos ni uno ni dos los que usábamos con la 9' línea 5 una línea Robinson AA, que nunca las llegué a pesar, pero por el peso de los nueve primeros metros no me extrañaría que fuese equivalente a una línea del 1. Si no te suena nada de lo que estoy diciendo, las Robinson eran unas líneas de imitación a las de seda sin ningún tipo de perfil, o sea, paralelas, y que venían etiquetadas como AA, A, B, C y creo recordar que llegaba hasta la D, de más fina a más gruesa. Una C con una caña del 4, incluso del 5, todavía tendría un pase. Una AA con esas cañas era un disparate. Pero nos habían contado rollos de la flotación por capilaridad, pescar fino y discreto, truchas selectivas y no sé cuántas milongas más, y como éramos humanos prehistóricos sin acceso a internet ni mierdas de esas, tragábamos con todo. Le metías delante el bajo de seda de Thebault que medía como metro y algo y después unos tramos de nylon y a pescar. Y si hacía viento, le metías doble ración de grasa al bajo para que cogiese bien de peso y se posase todo bien estirado como era debido. O alguno incluso le metía un trozo de bajo trenzado hundido para que hubiese más peso y aquello se estirase bien. Por eso, en mi caso, cuando me encuentro con todas esas gilipolleces del balance caña/carrete, que si tiene que pesar el carrete tres gramos más para estar equilibrado con la caña o si le saco tres trozos de plástico al Vivarelli para que pese cuatro gramos menos, no me queda otra que poner cara de intenso espanto, echar las manos a la cabeza y pedir al Señor que me lleve ya. Luego pienso que con la AA, el bajo Thebault y la caña de línea 5 saqué reos en el Cares que no han vuelto a ver mis ojos, y me convenzo todavía más de que nos estamos volviendo cada vez más idiotas. Perdón, tiquismiquis. Pero bueno, siempre ha sido muy entretenido enredar con los juguetes, así que pasar de jugar con los Playmobil, al kit Yasuni y luego con los equipos de pesca ya hasta la muerte, seguramente sea un camino bastante habitual, al menos para los que más o menos son de mi misma generación. No te digo nada los que tocamos algún instrumento musical, que entonces tenemos dos vías de agua económicas para poder enredar con juguetitos nuevos cada cierto tiempo. Ojo, no critico lo de los juguetes nuevos. De hecho tengo por ahí publicado un artículo defendiendo el sano vicio de renovar el equipo cada cierto tiempo siempre que la economía, el tiempo y demás circunstancias vitales te lo permitan. Pero de ahí a volverse loco con equilibrios dudosos hay cierta distancia que en mi caso ya estoy muy anticuado y algo cansado para preocuparme de recorrerla. Además, mi éxito en la pesca ya hace tiempo que depende de las gafas. Cada año que me hago gafas nuevas para la temporada soy Pascal Cognard. Los siguientes años, cuando las gafas ya no tienen la graduación actualizada, soy el Marqués de Hormigalada. De modo que ya me han cogido algo mayor, cansado y medio cegarato como para creerme que con tal caña, tal línea, tal curso o tal mosca voy a pescar diez veces más de lo que pesco. Y para que se entienda bien, voy a poner como ejemplo otra modalidad de pesca que nunca me había interesado demasiado y que desde hace un tiempo ocupa la mayor parte de mis salidas: la pesca del black bass. Como aficionado recién llegado a esa modalidad de pesca podría haber caído en la trampa de comprar seis cañas de casting con sus seis carretes correspondientes y sus seis líneas, una para cranckbaits, otra para swimbaits, otra para flipping, otra para jigs, otra para jerkbaits… Luego un par de cañas de spinning, una para finesse y otra medium heavy. Once mil euros en señuelos blandos y duros... Ya sabes cómo va. Pero como todo esto ya me lo conozco, antes siquiera de dedicar una sola jornada a la pesca de dicho pez, me vi unas cincuenta horas de vídeos y me leí unos doscientos artículos, de tal forma que llegué a la siguiente conclusión: Si yo ya sé pescar a spinning, porque me apasionan el rockfishing, el ajing y el darting, y lo que me gusta es la pesca ultraligera, para el caso del black bass únicamente me voy a dedicar a la pesca finesse. Y como carretes ya tenía y líneas también, no tuve más que comprar una caña de spinning médium light de 7’1” y unos pocos señuelos para poder hacer algún montaje tipo wacky, neko, carolina o Texas muy ligero, y patear orilla buscando los peces que no están en zonas muy profundas para pescar todo lo cerca que sea posible, lanzando a poder ser junto a la orilla, que por lo que vi y leí es una parte de esta pesca que la mayoría de los pescadores ignoran. Así, con toda la información previa y teniendo en cuenta mis gustos, con una pequeña inversión en equipo he podido obtener un gran retorno en entretenimiento. Y como actuar así es lo que me parece más cabal, será lo que siga intentando hacer. Porque no se trata de estar a la última, sino de estar a lo que resulte más divertido y más práctico para mí.
09 abr, 2024
Ya he hablado de esto en otras ocasiones, pero me parece lo suficientemente relevante como para volver a ello cada cierto tiempo. Además, que no creo que haya nadie que se lea todos los artículos cada día, igual algún amigo sí, pero en general no, de modo que iré repitiendo algunos temas que me parecen importantes o entretenidos, con diferentes enfoques, para que los que no lean un artículo sobre ese tema tengan la posibilidad de leer algún otro. Mi único objetivo con todo el contenido creado en esta página web es el de entretener. No busco nada más allá del entretenimiento. Pero si tuviese que elegir una idea para permanecer en la conciencia colectiva del pescador a mosca, únicamente elegiría esta: Por mucho que los influencers se empeñen en mostrarte cada día ríos y peces increíbles que seguramente jamás vas a pescar, por mucho que los gurús del lanzando te bombardeen con sus mil cursos y clinics para que seas capaz de pescar los peces que nadie más podría pescar o por mucho que los pescadores de competición te enseñen cada cierto tiempo todas las medallas que han logrado ponerse en el pecho, nada de todo esto debe influir en tu capacidad para disfrutar de la pesca. No sé en qué consiste tu trabajo. Quizás seas un comercial que tiene que alcanzar cada mes un número mínimo de ventas o una determinada facturación. O un programador esclavizado por la metodología Agile que debe completar cada semana un nuevo proyecto. O un repartidor al que su agencia le exige cien entregas por turno de trabajo. O un taxista que necesite hacer cuarenta carreras diarias para no entrar en pérdidas. Han convertido la vida en putos números. En objetivos y logros nada más. No han dejado lugar para el fracaso. Ya no se puede aprender de las derrotas porque no hay lugar para la derrota. Estamos en un mundo en el que se elogia al Rafael Nadal de turno, que prefiere quedarse cojo para el resto de su vida antes que admitir que su físico ya no le da, antes que elogiar a los Perico Delgado de turno que prefirieron retirarse bien jóvenes para disfrutar de la vida todo lo posible. Y he puesto como ejemplo a dos deportistas icónicos. Pues la pesca con mosca es nuestro pequeño refugio frente a toda esta locura. Es nuestro lugar para aprender de las derrotas. Para disfrutarlas. Para chapotear alegremente en medio del fango del fracaso. Incluso para compartirlas con amigos y alcanzar el grado sumo al que puede llegar el ser humano: reírse de sí mismo. Ridiculizarse a uno mismo es la más alta capacidad para mostrar lo limitado de nuestras capacidades. Reconocerlas ante nosotros mismos y ante los demás. O sea, ser justamente lo contrario de todos esos gilipollas que vemos cada día en las redes sociales tratando de venderte sus cursos para que puedas ganar mil euros al día haciendo punto de cruz, redactando manuales para taladros o cagando en público. Siempre me acuerdo de una chica estadounidense que facturó millones de dólares con un curso para enseñar a los gatos a mear y cagar en el wc. A ese punto de subnormalidad hemos llegado, en el que un curso para que tu gato cague en el mismo sitio que tus hijos genera millones de dólares en beneficios. "Compra mi curso y descubrirás como gané mil euros al día recogiendo piedrecitas entre los dibujos de la cubierta de las ruedas del Seat Arona". ¿Verdad que alguna vez te has topado con anuncios de este tipo que huelen a la legua a vendedor de crecepelo? Pues en la pesca con mosca vivimos en un riesgo constante de que los que ganen sean los vendedores de crecepelo. Los que quieren convencerte de que para disfrutar de la pesca has de hacer lo que ellos digan. Yo solo te animo a que les mandes a todos a tomar por el culo y que seas tú mismo quien decida qué es lo que le resulta divertido de la pesca, ya sea simplemente salir al río, ya sea pescar en un país nuevo cada año, ya sea pasarles por la cara a otros tus habilidades y ser tú el que se ponga las medallas en el pecho o ya sea disfrutando cada vez que las truchas son más listas que tú y te tienes que volver a casa con el rabo entre las piernas. A mi me basta con salir al río, quedar de vez en cuando con algún amigo, hacer cuatro moscas como las que haría cualquier otro y contar alguna batallita. Desde luego, conmigo poco tienen que hacer los de poner la mosca en los lugares a los que casi nadie llega, ni los de las medallas en el pecho ni los de los destinos exóticos con peces que parecen sacados de algún cuadro de El Bosco. Pero porque así he decidido yo que sea. Así que decide tú también. Pero decide tú. No dejes que otros te influencien hasta que prácticamente decidan por ti. Las modas son solo modas. Y la pesca es solo pesca. No dura tanto la vida como para dedicar tiempo de pesca a tratar de alcanzar objetivos que se les han ocurrido a otros. Mejor si te marcas los tuyos propios, o mejor todavía si no te marcas ninguno, que ya bastantes nos ponen en otros aspectos de la vida.
Más entradas
Share by: