Seguro que alguna vez te ha tocado compartir jornada de pesca con algún amigo o conocido de esos que van cantando el nombre de los insectos que ven volar.
Estás tan tranquilo pescando y unos metros río abajo oyes de fondo: ¡Baetis rhodani! ¡La buceratus! ¡Paraleptophlebia submarginata!
O la que sea.
Esto es bastante absurdo porque ya sabemos todos de sobra que para identificar género y especie de un macroinvertebrado acuático lo habitual, como mínimo, es disponer de una buena lupa. Sí, vale, hay unas cuantas con las que es posible acertar a simple vista y hay cuatro o cinco por ahí que sí son capaces de identificar unas cuantas especies más, pero la mayoría ni podemos ni lo necesitamos.
Identificar insectos al vuelo, incluso en el caso de que se acierte, lo que es para pescar sirve más bien de nada. Puedes pescar con moscas que no se parecen en nada a lo que anda en ese momento circulando por ahí, y en el caso de que quieras que tu mosca se parezca a las naturales, con atinar en el tamaño, la forma y más o menos el color, lo tienes arreglado.
Aquí nunca se ha llegado a implantar el sistema anglosajón pero a mi me parece mucho más práctico, porque si lo simplificamos, con docena y media de nombres, se lo ventilan todo. Y me refiero a los nombres que utilizan los pescadores, no los entomólogos, que esto es una página de pesca y yo no soy ningún aspirante a Linneo ni a Casimir Fabre. Te vas a cualquier tienda de pesca o catálogo anglosajón y verás que con quince o veinte nombres tienen a casi todas las especies ahí metidas: la pale morning dun, la pale evening dun, la blue winged olive, el cinnamon caddis, la green drake... Lógicamente, hablo de moscas que tratan de imitar insectos. No estoy metiendo aquí la Adams, la Usual o cualquier otra mosca genérica.
Sé que esto no va a llegar a ningún lado, pero como estoy en el sofá escribiendo esto en el bloc de notas del móvil y tampoco tengo mejor cosa que hacer, si mandase yo algo en el mundo, esta sería toda la entomología que manejaríamos los pescadores con mosca españoles:
1) El pardón.
2) La gris verdoso de primavera.
3) La tabaco.
4) La paja vieja.
5) El carne.
6) La oliva.
7) La oliva pajizo.
8) La salmón.
9) La amarillo limón.
10) La oliva de verano.
11) El verdín.
12) La fanta.
13) La saltona.
14) El tricóptero tostado.
15) El tricóptero canela.
16) La hormiga.
Y alguno dirá: "¡Pero si eso ya lo tenemos con toda la tradición de las ahogadas!".
Y en parte tiene razón, pero si me pongo a escribir nombres de ahogadas fácilmente me puedo ir a las 40 o 50, y aquí se trataría de reducir y simplificar todo lo posible.
Como decía, esto no va a ir a ningún lado porque tratar de ir en contra de la costumbre es como darse cabezazos contra una pared. Aquí muchos nos acostumbramos gracias al libro de Rafael del Pozo a unos determinados nombres para nuestras moscas y automáticamente hacíamos la conversión a numeración de Gütermann, La Paleta o el que fuese y color de pluma para imitar a ese nombre de insecto.
Ya luego, que fuese de verdad ese insecto o no, importaba menos. Lo que importaba era pensar que sabíamos algo, porque cuando piensas que sabes haces las cosas con más seguridad en ti mismo.
En todo caso, y para no ser menos que la costumbre, ya que se asocian automáticamente determinados hilos con determinadas especies de insectos, vamos a hacer el mismo juego y te voy a poner cual sería mi hilo favorito para todas esas efémeras, si bien yo no tengo intención alguna de hablar de especies concretas, sino de tonos generales que puedan cubrir a varias especies:
1) El pardón.
La Paleta 3324 o una tintada verde/marrón sucio del 849 de Gütermann.
2) La gris verdoso de primavera.
Amann 379.
3) La tabaco.
El tabaco del sedón Castilla-Valencia.
4) La paja.
Zirayón 4122.
5) El carne.
El Molino de dos cabos 254 (creo que es ese número).
6) La oliva.
Gütermann 431 tintada más verdosa.
7) La oliva pajizo.
Gütermann 249.
8) La salmón.
La Paleta 3236.
9) La amarillo limón.
Gütermann 580 de plástico.
10) La oliva de verano.
Gütermann 286.
11) El verdín.
La Paleta 3104 y 3281 mezclados.
12) La fanta.
La Paleta 3279.
De los tricópteros mejor no te pongo nada porque todos los hago con mezclas de dubbing hechas a mano y te podría volver loco.
Sobre todo porque no apunto las recetas. Simplemente tengo en la cabeza el color que tiene que ser y voy mezclando materiales hasta que da el color que yo quiero. Unas veces hago las mezclas con liebre, otras con sedas, otras con opposum... Y cuando se me acaba vuelvo a hacer otra mezcla nueva.
Y tampoco me preocupa tanto que vaya a ser el color exacto.
Para la saltona un verde amarillento o amarillo verdoso que te guste seguramente te vaya a funcionar bien, el tricóptero canela sería un tono similar al que daría mezclando el 300 con el 448 de Gütermann o un color de SLF del que ya hablé en alguna ocasión y el tostado se saca perfectamente con el tostado de El Molino de siete cabos.
Pero vamos, que lo bueno de usar esta nomenclatura sería precisamente abrir el abanico respecto al color exacto, ya que justamente se trataría de empezar a dejar un poco de lado esa obsesión tan nuestra por el color exacto.
Si para ti el oliva de verano es el 615, o el 616, o un color de Fly-Rite o la mezcla de todos ellos, o lo que sea. Pues perfecto. Si te pesca y te funciona, nada que objetar.
Si nos metemos en especies concretas que solo pueden ser correctamente imitadas por una bobina de seda de un color exacto que solo se fabricó en octubre de 1977, y que además, solo sirve la tirada que tiene una errata en forma de desteñido en la letra T, pues estamos jodidos.
Y es que además, todo eso es completamente innecesario para pescar.
Hay por ahí más de uno y de dos que con la oreja de liebre van tirando todo el año...