Casi cada día te puedes encontrar con pescadores opinando sobre lo conveniente de usar el sedal más grueso que sea posible para que luego durante la pelea puedas traer el pez rápidamente y demás.
Preocuparse por la pelea está muy bien. De hecho, en el caso de usar un sedal lo suficientemente grueso a lo mejor no hay ni pelea, así que no hay manera mejor de garantizar la buena salud del pez que usando un hilo tan gordo que 9 de cada 10 peces ni se molesten en mostrar el más mínimo interés en esa cosa peluda que va atada a un cable.
A mi la pelea no me preocupa gran cosa. Por tres motivos:
1) Después de haber pescado bastantes especies de agua dulce y salada con distintas modalidades, tengo bastante claro que el principal objetivo debe ser sacar la cabeza del pez del agua. Una vez tienen la cabeza fuera del agua, ya se trata más de remolcarlo a que de pelea.
2) Como pesco lo suficientemente cerca como para poder ver y poder clavar bien, a esas distancias las peleas nunca se alargan demasiado, salvo algún caso excepcional.
3) Si el tamaño medio de las truchas que pescamos en España, en general, lo podríamos poner en 26-28 centímetros o algo así, no tiene mucho sentido configurar el equipo "por si acaso me pica un pez enorme", sino llevar el equipo adecuado para la gran mayoría de los peces que vamos a clavar.
Pero para llegar a eso, a la pelea, lo primero es conseguir que piquen. Y en mi experiencia lo más importante para que eso suceda es el grosor y la longitud del terminal.
No se trata de que lo vean o lo dejen de ver, esa no es la cuestión a tratar. La cuestión es que cuanto más fino es el hilo y más largo el tramo final del bajo de línea, más natural es la deriva de tu mosca y menos perturbación crea tanto al posar el terminal en el agua como al levantarlo.
Y esto es bueno por varios motivos.
El primero de ellos es que si consigues posar y levantar sin estar espantando peces a cada lance, tus oportunidades de engañar a un pez aumentan. Cuantos menos peces espantas, más peces objetivo tendrás a tu alrededor.
El segundo es que en el caso de que estés pescando a ninfa, cuanto más fino sea el hilo, más rápidamente va a profundizar la ninfa y alcanzar la profundidad deseada , al tiempo que ese hilo más fino no va obstaculizar el movimiento de la ninfa derivando en la corriente independientemente del peso de la ninfa. Es decir, no solo se trata de que el hilo haga menos resistencia para que la ninfa llegue antes a la profundidad de pesca adecuada, lo que se traduce en más tiempo de pesca efectiva durante la deriva, sino que pescando con ninfas ultraligeras a apenas unos centímetros de la superficie, un hilo fino te va a permitir obtener una deriva mucho más natural de la ninfa. Y siempre que el hilo se hunda, claro. Así que fluorocarbono o Mud.
El tercero es que esto sirve también para las moscas secas, por supuesto. Cuanto más largo y fino sea tu terminal más se van a reducir las posibilidades de que tu mosca drague. Perderás un poco de precisión en la posada al principio, pero en cuanto hagas unos cuantos lances ya irás viendo cuanto te hace perder ese bajo tan largo y fino y podrás corregir.
Además, el cuarto motivo es que estos bajos tan largos y finos te van a permitir también hacer correcciones de línea mucho más agresivas sin riesgo de que la mosca se mueva. Si pescas con un cónico de 9 pies y haces un mending un poco a lo loco y sin demasiado control, lo que va a pasar es que vas a mandar la mosca volando dos metros más allá de donde esté en ese momento. Si tienes un bajo de seis metros con un terminal de 180 centímetros lo más probable es que con ese mismo mending, la mosca ni se mueva de donde está y tú hayas podido reposicionar la línea a tu conveniencia.
Como quinto motivo tendremos en cuenta que en caso de estar pescando una zona de corrientes cruzadas o algún tramo en el que los microdragados sean una pesadilla, incluso en esas situaciones en las que tratas de poner la mosca delante de alguna de esas truchas que están colocadas al revés porque aprovechan algún remolino que lleva comida hasta su postura, estos terminales tan largos y finos te dan los dos o tres segundos de deriva que a veces son necesarios para que un pez tome la mosca en esas circunstancias.
Y aquí ya me voy a tirar un triple a ver si entra, porque no tengo nada que lo corrobore aparte de la lógica, y sería el sexto motivo. Hace años que me da la sensación de que tengo más roturas cuando pesco en ríos pequeños con terminales mucho más cortos, y a menudo más gruesos y truchas más pequeñas, que cuando pesco con terminales larguísimos. Podría tener su lógica que a mayor longitud mayor elasticidad y capacidad de amortiguación, pero como la Física no es lo mío, esto lo dejamos para que lo analice alguien que sepa. Aparte de que en el caso de usar micro anillas de silicona la verdad es que lo de las roturas de los hilos finos es casi un recuerdo del pasado. Eso sí, yo solo las uso en tramos que obliguen a pescar con hilos finos y en los que haya peces de buen tamaño. Sigo prefiriendo la unión por nudos que meter bucles o anillas de cualquier tipo en medio del bajo de línea.
En resumen, un terminal muy largo y muy fino te favorece a la hora de engañar a un pez, y ese es el primer objetivo cuando estás pescando.
Yo ya he dicho muchas veces que lo más importante del equipo es el bajo de línea, tanto su diseño como la calidad de los materiales empleados, pero sobre todo comprender las ventajas e inconvenientes de los distintos tipos de bajos de línea.
Eso es fundamental. Y lo siguiente en importancia es que el equipo esté equilibrado. No puedes ir a pescar con una Thomas&Thomas Horizon de los 90 de 9' línea 5, un terminal del 0.16 y un anzuelo Maruto D04. A poco que claves un pez que pese 500 o 600 gramos la posibilidad de que ese equipo lleve a ese anzuelo al límite es alta. Luego que si los anzuelos se abren... Si quieres usar anzuelos de los más finos, tendrás que usar un terminal y una caña acordes a dicho anzuelo.
Yo no pesco siempre con un bajo de 650 centímetros para pescar a mosca seca, pero tampoco con uno de 350 cm. Esas son mis dos medidas máxima y mínima respectivamente, si bien 350 centímetros solo lo utilizo en ríos híper cerrados con cañas de 7' o incluso menos donde casi lo único que toca el agua es la mosca, del mismo modo que 650 centímetros solo lo utilizo en ríos muy grandes, libres de obstáculos, en ausencia de viento y donde no haga falta una precisión milimétrica en la posada.
¿Cuando no es necesaria una precisión milimétrica? Pues cuando hay muchos peces cebándose o cuando no está cebándose ninguno. Si hay muchos peces cebándose malo será que a alguno de ellos no le pase la mosca por el sitio, aunque sea de casualidad, y si estás pescando al agua lo que te interesa es cubrir toda una postura concreta, así que si en un lance te quedas un poco corto lo corriges al siguiente y ya está. Si no estás viendo los peces no te importa mucho que la deriva de la mosca sea por una vena en concreto, sino tratar de cubrir con diferentes lances todas las posturas y venas de corriente en las que te parezca que puede haber un pez.
Lo normal es que mi bajo esté entre los 500 y los 550 centímetros, con un terminal de mínimo 150 centímetros, aunque más bien de 200 cm, que es aproximadamente mi envergadura de mano a mano con los brazos estirados, y es la medida que suelo tomar para empezar a pescar, y luego ya si eso ir corrigiendo.
Y así llegamos al último punto.
Conozco a muchos pescadores que llegan con el bajo preparado en el carrete, atan la mosca y se ponen a pescar todo el día.
No corrigen su bajo ni una sola vez conscientemente, aunque lo están corrigiendo inconscientemente cada vez que cambian de mosca, ya que con cada cambio van perdiendo unos 5-10 centímetros, y si el último tramo del bajo que venía de casa era de 150 centímetros, tras cinco o seis cambios de moscas ya está más cerca del metro que de los 150 centímetros originales.
Van cambiando de mosca tratando de conseguir que algún pez tome el engaño y lo que están haciendo es ponérselo más difícil a sí mismos, ya que lo único que consiguen es acortar y acortar el bajo.
El bajo hay que acortarlo cuando corresponda. Por ejemplo si de repente aumentan las rachas o la fuerza del viento. O porque vas a lanzar aguas abajo y entonces ahí controlas tú el dragado a la vez que vas dejando salir línea del carrete para que lo primero que vea el pez sea la mosca.
Pero todo tiene que hacerse de manera consciente. No se trata de ir quitando una mosca y poniendo otra haciendo que el bajo sea cada vez más corto y obtengas peores derivas cada vez, cuando a lo mejor lo que necesitas no es un cambio de mosca, sino un cambio de bajo de línea.