Mis moscas secas favoritas: Usual
Mis moscas secas favoritas: Usual.
1- El creador o inventor de esta mosca fue Frank Betters.
2- Por lo que a mi me respecta los primeros en traer este material a España fueron Pablo Muñiz y Alejandro Viñuales allá a principios de los 2000's cuando tenían la tienda Coq de León XXI.
3- Gracias a ellos conocí tanto el material en sí como el montaje de este patrón en particular.
Y no lo digo tanto por el hecho de ser los primeros, ya que esto es siempre puede generar controversia. Es posible que alguien llevase ya utilizando desde años antes en España el material o la mosca.
Con material me refiero a las patas de liebre ártica y con la mosca a la Usual del enunciado.
Además, es mucho más importante hacer las cosas bien que hacerlas el primero. Ser el primero puede ser un golpe de suerte, y hacerlas bien suele ser fruto del trabajo.
E insisto que en muchos casos es indemostrable aquello de haber sido el primero en usar tal seda como exhuvia, en montar las alas de tal forma o en empezar a utilizar determinado material para determinado patrón de montaje.
Yo podría decir que fui el primero en publicar un artículo específico sobre este material en España, en conmosca allá por el año 2003 o algo así, ni me acuerdo. ¿Y qué? La última vez que releí el artículo habría cambiado el 80% de las cosas que decía. De hecho, he intentado buscarlo para poner aquí un enlace al mismo y añadir comentarios y correcciones y parece ser que ya no está accesible.
En cualquier caso, y entrando ya en lo que importa, esta es una mosca excepcional que puede montarse gracias a un material excepcional.
Así de fácil y de difícil.
Fácil porque es un montaje bastante sencillo. Difícil porque el material actual está a años luz en calidad de lo que originalmente algunos pudimos utilizar.
Para que puedas hacerte una idea: el primer día que utilicé esta mosca fue en un tramo con bastante fama por aquel entonces del río Nalón. No eran truchas difíciles ni mucho menos. Un poco asustadizas y muy peleonas, eso sí. Yo no soy ahora ningún gran pescador, así que hace veinte años todavía debía serlo menos, pero con ninguna otra mosca he podido clavar tres o cuatro docenas de truchas y seguir pescando tan tranquilo con la misma mosca sin ningún problema de flotabilidad.
Manchada de babas, mojada, medio roída... en fin, destrozada tomada tras tomada. Y seguía flotando. ¡Y pescando!
El montaje era exactamente este:
Discúlpame por la calidad de la foto, pero he querido buscar para este artículo fotos antiguas con moscas hechas con patas de liebre ártica de aquella primera hornada que llegó a Gijón porque nunca he vuelto a ver unas patas con el pelo tan esponjoso y que floten como flotaban aquellas.
El montaje es bien sencillo. Pata de liebre ártica en color crema natural e hilo de montaje Danville de color naranja.
A la temporada siguiente llegaron unas patas de liebre que el fabricante teñía en naranja flúor. Un amigo montó esta misma mosca con aquel pelo de las patas naranja flúor y las probó con estupendos resultados en otro tramo afamado por aquel entonces del río Nalón.
Y con el mismo resultado: una jornada de pesca estupenda.
Ahí empecé yo a pensar que igual lo del color no importaba tanto, pero esa es otra historia.
En este mismo tramo del Nalón volvimos otro día otro amigo y yo a probar unos barones montados con el dubbing granate de Fly Rite y las alas con pata de liebre en color crema. Otra jornada para enmarcar.
Y podría seguir enumerando días de pesca cojonudos a las truchas o a los reos: en Belmonte, en Carrizo, en Mieres, en el Eo, en el Miño, en el Agüeira, en el Narcea, en el Suarón, en el Navia...
Vamos, donde habitualmente solía pescar por aquellos años.
Luego fueron llegando patas en otros colores: avellanado, diferentes tonalidades de gris... Por ejemplo (también fotos antiguas):
Esta es en un 12, para cuando había que pescar al pardón. Con las primeras patas que llegaron en color medium dun.
Y esta en avellanado, o
tan según el fabricante, aunque ya se puede ver que el pelo no es tan esponjoso ni tiene la misma textura que en la primera foto. Aun así, flotaba decentemente y pescaba aceptablemente bien.
Y estas son de las primeras, que todavía conservo por casa alguna de aquellas patas de la tirada original y algo voy montando exclusivamente para uso particular.
Y mira que yo soy un convencido de que en la mayoría de los casos lo de ahora es mejor que lo de antes.
Es decir, a Kevin Durant no lo habría podido defender nadie en la NBA de los 80-90, los ciclistas de ahora suben mucho más deprisa los puertos que los de hace 20 años y el nylon, las líneas o las cañas de ahora, volviendo a la pesca, les dan cien patadas a las que había cuando yo empecé a pescar.
Claro, hay excepciones.
Todavía quedan por ahí algunos récords sin batir de la época en la que los de la RDA iban de clembuterol, o lo que fuera, hasta las trancas; como Maradona no habrá nunca nadie jamás y como aquellas primeras patas de liebre ártica, por desgracia, no se han vuelto a ver.
Y me fastidia porque era muy fácil aquello de pescar con la misma mosca todo el rato. Y con las patas que hay ahora, lo de sacar cuarenta truchas seguidas sin que la mosca deje de flotar y sin usar flotabilizador, ya no es posible.
A pesar de todo, sigue siendo una de mis cinco moscas favoritas, y dudo que nunca deje de serlo. Y sigo llevando unas pocas en mis cajas, tratando de aprovechar al máximo lo que me queda todavía de patas de buena calidad.
Y es una de mis moscas favoritas porque pesca, porque se monta en dos o tres minutos, porque nunca he usado otra que aguante tantas picadas sin dejar de funcionar y porque gracias a ella empecé a curarme de la gutermannía galopante que durante tantos años sufrí.
Con los años pude ir probando la aplicación de este material a otros montajes:
- Alas en efémeras en sedas o rayón.
- Alas en montajes tipo barón.
- Falsos hackles en emergentes o tricópteros.
- Tejadillos de tricópteros.
- Alas para hormigas.
- Postes para montajes en paracaídas.
- Etc.
Si bien todos estos experimentos no iban del todo mal, ninguna se acercaba ni remotamente a la eficacia, durabilidad y sencillez en el montaje del patrón original.
En este caso Frank Betters no solo fue el primero, también fue el mejor.









