Diseño del blog

Probando modelos de moscas secas y ninfas

oct 28, 2020

Probando modelos de moscas secas y ninfas


Decir que he pasado años probando moscas en el río viene a ser lo mismo que decir que he malgastado buena parte de mis jornadas de pesca. 

En realidad no las he malgastado, es una manera de hablar. Pero sí es cierto que cada día que pasa me gustan más las cosas cuanto más sencillas sean. 

No sólo en la pesca con mosca. En general. 

Y estar probando diferentes modelos de moscas tiene varias complicaciones. 

- Primera complicación.

Cualquier conclusión obtenida carece de base más allá de la propia experiencia del pescador. 

Y generalmente solo le vale al propio pescador.

Me explico.

Creo que era Heraclito el que decía aquello de que no puedes bañarte dos veces en el mismo río. 

Pues si hablamos de probar moscas, este es un problema de imposible solución. 

Nunca podremos poner al mismo tiempo dos moscas diferentes delante del mismo pez y en las mismas circunstancias. 

Entonces... ¿Cómo de fiable es cualquier conclusión obtenida? 

Sí, ya sé.

Podemos irnos a conclusiones más generales, una vez descartada la opción de colocar dos moscas a la vez en el mismo lugar, con la misma presentación, el mismo pez... 

O sea, que vas intentando pescar con una oliva con el 431 y no clavas un pez, pones un oliva con el 559 y de repente sacas peces sin parar. 

¿Conclusión? 

"¡El bueno es el 559!"

Ya. 

El tema aquí viene a ser que cuando has cambiado de mosca el bajo de línea es otro, el tramo de río que vas a pescar también es otro, la hora del día ya no es la misma, puede haber habido cualquier variación en el caudal, la temperatura, la presión atmosférica, la luz, la actividad de los macroinvertebrados acuáticos... 

En fin, son tantas las variables que escapan a nuestro control que cualquier experimento carece de sentido, y los posibles resultados y conclusiones que alcancemos pueden ser basura. 

Vamos a intentarlo por otro lado. 

- Segunda complicación.

Vamos a fiarnos de aquellos que pescan insistentemente un río concreto y que lo han hecho durante muchos años. 

Creo que casi todos tenemos algún río en el que sabemos que mosca vamos a poner desde que estamos arrancando el coche al lado de casa. 

O algún amigo al que preguntárselo. 

Bien. 

En el primer caso ¿cómo de importante es saber que mosca vamos a usar porque nos ha funcionado antes respecto al conocimiento de las posturas de ese río, el comportamiento de sus peces o conocer la configuración de equipo ideal para pescarlo?

En el segundo caso, por mucho que algún amigo nos diga que mosca usar, el que se conoce el río al dedillo es él. 

Te lo digo de otra manera.

Si yo voy a pescar con algún amigo que lleva 20 años pescando el Carrión y usamos las moscas que él suele utilizar, siempre va a pescar él más que yo. 

Si me lo llevo una semana a algún tramo concreto de Asturias y usamos las moscas que yo suelo utilizar... 

Así se ve mejor por donde voy ¿no?

Cambiando de tema. 

- Tercera complicación.

Siempre me llamaron poderosamente la atención todos aquellos que te afinan un montaje hasta darte una determinada referencia para la seda, el bajo cuerpo con un hilo de montaje determinado y una brinca concreta en tono, grosor y número de vueltas. 

Y seguramente todas las referencias que te van a dar no están ya disponibles desde hace por lo menos veinte años.

Yo durante un tiempo, demasiado tiempo, me dediqué a hacer este tipo de pruebas. 

Y te hablo de probar sedas y rayones. No te digo nada cuando llegó el furor del perdigón y había que probar todos los materiales del mercado, los que conseguías en mercerías, en bazares y demás. 

La verdad es que engancha. 

Sobre todo porque cada vez vas teniendo mejores resultados. 

Y la tentación de achacar estos mejores resultados a alguna combinación de seda, hilo y brinca es grande. 

Como te decía al principio, a mi me gustan las cosas sencillas, así que al final los mejores resultados los acabé atribuyendo al hecho de que haber pasado tantas horas en el río haciendo el canelo con mil referencias de hilos, sedas, plumas y pelos, me acabó haciendo un poco mejor pescador. 

Y sí, ya sé que lo guay es decir algo así: "mira, es que he probado docenas de patrones hasta llegar a estos en concreto, así que te digo que yo sé lo que pesca".

Claro. 

Lo que pesca también lo sé yo: el pescador. 


Recorte de una caja de moscas con todos los verdes de Gütermann montados en paraloop en anzuelo del 18:

431, 273, 258, 559, 823, 886, 286, 615, 977, 249, 644, 255...

¿Durante cuánto tiempo y bajo qué condiciones habría que probar todas estas moscas para poder decir con una mínima base cuál funciona mejor en un momento determinado?


Pero bueno, para que no parezca que se trata de poner pegas y quejarse de todo, vamos a buscar alguna información útil que quizás te pueda servir para algo.

Yo hago moscas para muchos pescadores.

Esto es una ventaja enorme porque sé lo que me piden para determinadas zonas y hay modelos que se repiten.

Aquí viene lo interesante.

Yo solo incluyo moscas nuevas en mis cajas cuando me han pedido que se la haga al menos cinco o seis personas distintas de diferentes zonas.

Aquí la cosa ya me empieza a interesar.

Porque para mi hay básicamente dos opciones:

1) Utilizar los modelos que usa casi todo el mundo.

2) Utilizar modelos que no utiliza casi nadie.

¿Cuándo recurrir a cada uno de ellos?

Pues muy fácil.

Las de la opción 1 para escenarios de pesca convencionales donde puedes echar el día pescando con un barón, una oreja de liebre o cualquier cosa similar y vas sacando peces sin mayores problemas si todo lo demás lo consigues hacer bien.

Las de la opción 2 para escenarios con altísima presión de pesca.

Y no te creas que hay nada secreto en estas de la opción 2.

En sitios de truchas imposibles al final me han acabado dando peces una simple F-Fly negra o una oreja de liebre con un palmer cree o rubión en el 22 (y nada más, cuerpo en oreja de liebre y unas pocas vueltas de hackle desde la cola hasta el nudo final a modo de palmer por todo el cuerpo).

Las cosas sencillas, las que funcionan mejor.

15 abr, 2024
A menudo se nos acusa a los españoles, o nos acusamos entre nosotros, de tener una obsesión desmedida por el color de las imitaciones. Bueno, no a todos. A algunos más bien, aficionados al uso de sedas y rayones para la confección de moscas secas o ahogadas. Se usan argumentos como que si los franceses o los italianos no necesitan tanto Gütermann para pescar, nosotros tampoco, y cosas así. Está muy bien todo esto, pero a menudo resulta mucho más provechoso fijarse en lo que las marcas y los fabricantes ofrecen, ya que suele estar bastante bien alineado con lo que los pescadores demandan. Luego seguimos con esto. Antes otra cosa. Vamos a centrarnos primero en lo nuestro. Sin pensar mucho, voy a hacer un listado de todos los colores de Gütermann que podría considerar indispensables un gutetmanniaco de verdad para pescar con mosca seca: 3, 5, 6, 40, 45, 139, 165, 170, 221, 249, 258, 273, 286, 300, 350, 362, 400, 404, 412, 416, 420, 431, 448, 449, 458, 528, 580, 612, 660, 662, 724, 823, 849, 886, 893, 898, 900, 968, 977, 980, 982. Se podrían poner más, pero también se podrían poner muchos menos. He intentado ser generoso en la elaboración de esta lista para que estén casi todos los que deben estar, si bien la mayor parte de nosotros no utilizamos ni de lejos tanta variedad de colores. Son unos cuarenta colores diferentes con los que se podría cubrir de forma más o menos exacta la práctica totalidad de los macroinvertebrados acuáticos que pueblan nuestros ríos. Ahora vamos a comparar lo que consideran adecuado para imitar todo lo que sea necesario imitar fabricantes que son completamente ajenos a este rollo nuestro de la Gutermannía. Los que tengan cierta edad recordarán el famoso cubilete de dubbing SLF del que algún color se cotiza tanto o más que los Gütermann y que por un lado traía una selección de 15 colores de Davy Wotton y por el otro lado otros 15 colores de Oliver Edwards. Estos no son sospechosos de ser gutetmanniacos ni nada de eso, y ¡qué cosa!, consideran que son 30 colores los necesarios para cubrir todas las imitaciones necesarias para pescar. Aunque esto no es cierto del todo, ya que no cubrirían todas las especies, sino las que consideraron más importantes para el pescador. En todo caso, con 30 sería suficiente. Seguimos por los Estados Unidos y vamos ahora con otro fabricante: Fly-Rite. Fly-Rite vende una carpetita con todos los colores que ellos consideran necesarios para imitar adecuadamente los insectos de los que se pueda alimentar una trucha y, curiosamente, esa selección de colores es de un total de... ¡45 colores! Otros tarados estos de Fly-Rite, está claro. Si todo el mundo sabe que con una oreja de liebre pescas todas las truchas del mundo y que los polacos, los checos y los franceses han ganado no sé cuántas medallas sin usar moscas hechas con sedas de colorines. Pero sigamos. Vámonos ahora a las Islas Británicas. De allí son los materiales de Gordon Griffiths. Pues bien, de esta marca tengo una colección de dubbing sustituto de foca que contiene ni más ni menos que 57 colores diferentes. Vale que hay algunos que estarían indicados para moscas de salmón o algunas ahogadas de trucha o reo que no tienen como finalidad principal imitar exactamente nada, pero lo he revisado mientras escribo esto y si nos quedamos en los tonos que servirían para imitar insectos que habitualmente tratamos de imitar con nuestras moscas secas, suman un total de 42 colores (olivas, amarillos, carnes, naranjas, granates, marrones, etc.). Si buscas cartas de colores antiguos de las sedas Pearsall, por citar la marca más conocida, verás que no es raro ni difícil encontrar cartas de colores de este fabricante que en total presenta cuarenta colores diferentes. Si te vas a Japón y empiezas a buscar entre las sedas japonesas podrás comprobar fácilmente que la carta de colores completa de Gütermann se queda minúscula en comparación a la variedad tonal de las sedas japonesas. Y estas se usan también para atar moscas, aunque no se fabriquen especialmente con ese fin (lo mismo que las Gütermann). Sigamos. Vamos a darnos un paseo por Italia, a ver qué encontramos. Nos vamos a una de las tiendas más conocidas de allí, que es 54 Dean Street, y si nos fijamos en las sedas que venden para hacer cuerpos de moscas podemos ver que tienen una colección de "Pure Silk" formada por 25 colores, otra colección de "Ephemera Silk" formada por otros 15 colores y 10 colores más en Semperfli. No sé si me habré equivocado al contar, pero me he tomado la molestia de ver los colores que se repiten entre las tres colecciones, y quitando los tonos repetidos, en total me salen 31 colores diferentes. También tienen el Semperfli Dry Poliyarn que en total son 28 colores diferentes o el Semperfli Dirty Bug Yarn que son 30 colores diferentes. Si dejamos a un lado las sedas y nos vamos a los dubbings tenemos el Poul Jorgensen Seal-ex dubbing con 27 colores o el Semperfli Superfine Dubbing con 42 colores diferentes. Si nos vamos a la República Checa nos encontramos con que Siman o Hends tienen infinidad de colores en sus diferentes tipos de dubbing, no siendo extraño que en algunos de esos tipos de dubbing pasen de los cuarenta colores distintos. En fin, podría seguir haciendo esto con muchos más tipos de dubbing de otros fabricantes pero en todos los materiales que más o menos pueden utilizarse para imitaciones de moscas secas nos vamos a encontrar lo mismo: cartas de colores de entre 25 y 45 colores diferentes, según el fabricante y el tipo de material que sea. El que quiera comprobarlo por sí mismo, ahí tiene Google. A mi me sirve para comprobar que la misma obsesión que podamos tener nosotros por los colores, la tienen igual en cualquier otro lado a tenor de lo que las tiendas y los fabricantes ponen a disposición de sus clientes. Y como todos sabemos, las empresas no fabrican cosas para hacernos felices a nosotros. Fabrican cosas para ganar dinero. Si toda esa variedad de colores no se vendiese, ni por asomo se fabricarían. Y si se venden, se usan. O se acumulan, como algunos hacen con los Gütermann. Recientemente Fulling Mill ha sacado un montón de tipos de dubbing en los que hay un montón de colores diferentes, y alguno de ellos casi de forma instantánea ha cogido categoría de "mítico", como el color Mustard del dubbing Eco Warrior, que está tan buscado como el Gütermann 249 o el Chadwick's 477. Como dejen de fabricar ese color o las tintadas nuevas no sean como la original, se verán bolsitas de ese dubbing a la venta por cientos de dólares no pasando muchos años, pero luego somos nosotros los chiflados del color. Y no me quiero meter en las mezclas, pero alguna vez he tenido que hacer moscas para algún célebre pescador europeo, que me ha pasado alguna ficha de montaje mezclando diferentes tipos de dubbing con proporciones exactas que ríete tú de lo de Gütermann. Bueno, ahí está la famosa Branco Killer, que parece ser que el cuerpo del montaje original mezcla como seis o siete materiales diferentes. Es más, si volvemos al punto de partida y tuviese que hacer un listado con todos los hilos que creo que son imprescindibles para montar moscas por su eficacia demostrada, me sale un listado bastante más corto que cualquiera de todos los que hemos visto: - Amann 379. - Gütermann 258. - Zirayón 4122. - La Paleta 3324. - Gütermann 286. - Gütermann 19. - Gütermann 431. - Gütermann 249. - Gütermann 580. - La Paleta 3277. - La Paleta 3279. - Gütermann 977. - Gütermann 662. - Gütermann 6. - La Paleta 3322. Con estos quince colores se podría pescar todo el año sin mayor problema. Obviamente también podemos reducir cualquiera de las otras colecciones mencionadas a los 10-12 imprescindibles, pero es que justamente eso es lo que he tratado de explicar, y es que allá a donde vayas a buscar, vas a tener variedad de colores más que de sobra para elegir. No es únicamente cosa nuestra. E insisto: si todos esos materiales no los comprasen montadores a lo largo y ancho del mundo entero, las empresas no los fabricarían, porque a día de hoy no se ha conocido todavía ninguna empresa en la historia de la humanidad que fabrique productos para no venderlos.
14 abr, 2024
Esto va sobre todo enfocado para personas que se están iniciando o que no llevan demasiado tiempo pescando con mosca, así que si no es tu caso, a lo mejor no hay nada para ti hoy por aquí. Aclarado eso, una duda que a menudo me han planteado es la siguiente: "¿Cuántas cañas necesito realmente?". A ver... No hay respuesta para eso. Tengo un amigo que se compra todos los años dos cañas. Una de precio medio por Navidad y otra de gama algo más alta por su cumpleaños. Lleva más de treinta años pescando a mosca, así que dentro de nada tendrá unas 70 cañas, si no las tiene ya. Además, no vende ninguna, porque todas han sido regalos, sí, "autoregalos", pero regalos al fin y al cabo, y siempre me dice para justificar su enorme colección de cañas que es de mala educación vender algo que te han regalado. Cuando nos cuenta esta milonga a los amigos, que también pescamos, puede colar, pero no sé qué tal le irá cada vez que se la cuenta a su mujer. El caso es que viene muy bien que tenga esta costumbre desde que empezó a pescar porque eso ha hecho posible que, entre otras cosas, me haya prestado y haya podido probar algunas antiguallas de G. Loomis, Sage, Powell, Redington o Winston, que de otra manera jamás habría podido ponerles las manos encima. Entonces... ¿Es necesario juntarse con setenta cañas? Rotundamente no. Las cañas que vas a necesitar van a depender principalmente de cuántas especies vas a querer pescar a mosca, en cuántos escenarios y con qué frecuencia. Por esto decía que responder esa duda es una cuestión imposible, ya que depende de cada caso. En mi caso, para este año, tengo para usar una 10'3" línea 2, una 7'3" línea 2, una 6'0" línea 1, una 8'6" línea 4 y una 10'2" línea 3 para trucha y una 9'6" línea 7 para barbo y carpa. Para todo lo que pesco a mosca, de sobra, si bien me falta recuperar alguna 9'6" línea 2 o línea 3, que he ido cambiando y/o vendiendo todas las que he tenido de esas medidas y ahora mismo no tengo ninguna. El caso es que me he puesto a escribir esto porque justo hace unos días me preguntaba una persona por esta cuestión en Instagram y la persona que me lo preguntó se encargó de dejar la cuestión mucho más acotada. Decía más o menos que llevaba un año y medio pescando con el kit de iniciación que le recomendaron en la tienda y con una caña de 10' línea 3 que había comprado de segunda mano, que solo le interesaba pescar truchas, principalmente en la zona cantábrica y alguna vez en León o Palencia, que no tenía previsto hacer viajes y que no le interesaba pescar ninguna otra especie, pero que quería hacerse con tres o cuatro cañas de calidad que le cubriesen todas las técnicas y que quería algo bueno para no tener que andar comprando cada poco tiempo para mejorar el equipo. Entrando en detalle de esta forma sí que se puede intentar responder, así que más o menos esto fue lo que le dije: "Mira, no me atrevo a recomendarte marcas ni medidas concretas porque cada uno tenemos una forma diferente de pescar, pero lo que sí voy a hacer es decirte cuáles son los modelos que más he estado utilizando yo los últimos años y por qué. Para seca en ríos de cualquier tamaño la medida que más he utilizado en los últimos diez años ha sido una de 9'6" línea 2. De hecho compré esa caña, la usé mucho, la vendí para coger otra de 9'5" línea 3 queriendo mejorar, y vendí la de 9'5" línea 3 para volver a comprar la otra de 9'6" línea 2. Las utilizo tanto con una línea 2 como con una línea 3, las dos WF, así que en función del río, el viento y las moscas que vaya a usar le meto una línea u otra y me arreglo con ella en todas partes. En mi caso han sido Maxia MX y SX las que he estado utilizando. Para ninfa, después de probar todas las medidas habidas y por haber, yo estoy más cómodo con cañas no tan largas, así que la medida que más he utilizado ha sido 10'2" línea 0 y 10'3" línea 2. Si solo la vas a usar para ninfa me iría a por una 10'6", pero a mi pescar a ninfa todo el rato me aburre un poco y no me gusta cargar con dos cañas, por eso busco una medida un poco más corta que me haga el apaño para poder pescar a seca a ratos o si de repente hay actividad. Este año usaré para esos días de llevar solamente una caña la Castor Expert de 10'2" línea 3. En mi caso, como me gusta pescar ríos pequeños a menudo, aunque algunos años los he tenido un poco olvidados, 7'6" para línea 2 o 3 es una medida que uso mucho. En este caso, además, siempre cañas muy baratas de gama baja o media como mucho, porque en este tipo de ríos dar con la puntera de la caña en una ramita y que se te rompa suele pasar de vez en cuando, así que como no quiero llevarme un disgusto ya hace mucho tiempo que en estas medidas siempre uso cañas baratitas. He estado usando en estos escenarios una Redington CT de 7'6" línea 3 de la que me deshice hace un tiempo y ahora usaré una TFO Finesse de 7'·2 línea 2 y una de fibra de vidrio de 6'0" línea 1 con un blank de un fabricante japonés. Y luego para pesca estrictamente a seca en ríos grandes y con probabilidad de sacar peces grandes o muy grandes, uso muchísimo una de 8'6" línea 4, a veces con línea 4 y otras con línea 3, pero es una medida muy clásica que para pescar a seca de forma tradicional me gusta más que las otras dos medidas clásicas, que serían 9' línea 4 y 9' línea 5. Pero esto va un poco en gustos. He ido pensando mientras te iba escribiendo todo esto y por no dejarte sin respuesta concreta, que si yo tuviese que cogerme ahora cuatro cañas para cubrir todo, y tratando de optimizar también la inversión en carretes y líneas, que igual me cogería una 9'6" línea 2-3, una 10'6" línea 2-3 y luego una medida más clásica para seca, de 9' línea 4 para todo tipo de ríos o de menos de 8' y línea 3 si frecuentas ríos pequeños. Si te gusta mucho pescar a ninfa y le dedicas más tiempo a la ninfa que a la seca, entonces cogería estas tres medidas: 9'6" línea 2-3, 10'2" línea 2-3 y 10'8" línea 2-3". Eso fue lo que le respondí, que acabo de copiar y pegar los mensajes que le mandé. Y luego ya pensando por mi cuenta me puse a hacer el juego de si sería posible con cinco cañas pescar todas las especies que tenemos en agua dulce en nuestros ríos, y aunque haya que forzar un poco la cosa en alguna especie, me quedaría con estos cinco modelos: - 9' línea 11-12 para el siluro. - 10' línea 7-8 para el salmón. - 9' línea 8-9 para lucio, bass y carpa. - 9' línea 6-7 para barbo. - 10' línea 2-3 para trucha. Así podemos jugar un poco con la 6-7 para bass con moscas pequeñas y carpas medianas o pequeñas, la de trucha no es perfecta para nada pero vale un poco para todo, la de 10' de salmón también podría servirnos para barbos, carpas o basses desde pato o en pantanos con orillas escarpadas donde un poco más de longitud ayude, etc. En cualquier caso, igual que no es necesario comprarse un par de cañas nuevas cada año, si es posible, tampoco conviene limitarse tanto como para que haya que andar haciendo apaños.
13 abr, 2024
Tuve otro blog hace muchos años, de aquellos de Blogspot de Google, en el que si no recuerdo mal escribí algunos artículos sobre la supuesta selectividad de los peces. Creo que aquellos artículos cosecharon únicamente detractores, así que dado que la cerrazón era obvia en aquellos tiempos, me dije que mejor no seguir con el tema. Sucede que en muchos casos todo nuestro edificio de ideas y creencias se ha cimentado sobre una serie de ocurrencias que no tienen necesariamente mucho que ver con la verdad. Pero esto pasa constantemente. Y no solo en la pesca con mosca. Siempre te han dicho, por ejemplo, que la democracia es un invento europeo. Claro, dado que se creó en Grecia y Grecia está en Europa. Ya sabes, Clístenes, Pericles y toda esa tropa. Lo que no se dice tan habitualmente, quizás porque nunca fue conveniente hacerlo o quizás porque se ignora, es que Grecia, en aquella época, miraba principalmente hacia Asia y tenía bastante más que ver con Oriente Próximo que con Europa, aparte de alguna colonia suelta por el norte de África, Italia e incluso la Península Ibérica. Los romanos defensores de la Roma tradicional, como los dos Catones o Fabio Máximo, por nombrar algunos de los más célebres, consideraban cualquier influencia griega como algo pernicioso y orientalizante. Y para los griegos, incluso habiendo sido sometidos, los romanos nunca dejaron de ser bárbaros, por no decir que los consideraban básicamente unos paletos. Incluso mucho tiempo después de inventarse la cosa esa de la democracia, cuando a Alejandro se le metió en la cabeza aquello de conquistar el mundo, para donde tiró directo fue para Asia. De Europa ni se acordó. Nada de valor había entre bosques, nieblas, barbudos varios y mujeres que a lo mejor le sacaban la cabeza. Y eso ya sin entrar en que considerar la existencia de unas cuantas docenas de polis griegas, como la existencia de la misma Grecia, es mucho considerar. Sería como decir "España en el siglo VIII...". Una tontería. De hecho, en Europa, no se debería hablar de los estados modernos como actualmente los conocemos hasta que se copió el modelo chino de una organización estatal jerarquizada fuerte, en la que un cuerpo de funcionarios más o menos grande se dedica a hacer que los asuntos de Estado vayan saliendo adelante y en la que para ser funcionario es necesario aprobar un examen de acceso. En cambio, para soltar cuatro gilipolleces en un blog de pesca, o incluso plasmarlas en un libro, no hace falta ningún examen de acceso. Cualquiera puede coger papel y boli, o dispositivo digital análogo, y ponerse a escribir sobre cualquier aspecto de la pesca con mosca como si tuviese alguna idea relevante al respecto. Y he aquí que nos encontramos con un grupo más bien nutrido que no tuvo suficiente con interpretar el comportamiento del ser humano frente a la pesca con mosca, sino que le echaron un par de huevos morenos bien gordos, y dijeron: "ostia, tú, que lo de escribir sobre cañas, líneas o moscas está muy bien, pero lo que de verdad lo va a petar es que nos pongamos a escribir sobre cómo se comporta el pez y por qué se comporta así". Y entre anillos de las subidas y nuevos ángulos, fueron unos cuantos extendiendo una serie de ideas que en muchos casos se dieron por buenas sin más y pasaron a formar parte del grupo de ideas vertebradoras que el común de los pescadores tiene sobre la pesca con mosca. Así, un depredador cómo la trucha, con un cerebro del tamaño de un guisante, que lo más lógico es que solo se ocupe de comer, no ser comido y reproducirse, pasa a convertirse en una especie de superhéroe capaz de distinguir no solo entre unos insectos y otros, sino que habrá momentos en los que se alimente únicamente de las Baetis fuscatus cuya eclosión haya comenzado en los minutos impares de la hora. Es decir, los ejemplares de ese género y especie concretos que eclosionan a las xx:01, xx:03, xx:05 y así sucesivamente, descartando las que eclosionen a las xx:00, xx:02, xx:04, etc. Y fíjate bien lo únicas que son las truchas en esto, que no se conoce comportamiento similar en ningún otro depredador en el planeta, salvo que se trate de algún otro pez susceptible de ser pescado con mosca. A mi me gusta el ejemplo de los leones o los cocodrilos en el Masái Mara. Es obvio que en plena migración del ñu y otros herbívoros, se van a alimentar de lo que es más abundante en ese momento. O sea, si están las cebras eclosionando, pues vamos a cebarnos de cebras, que hay por todos lados. Ahora bien, ¿alguien cree que, como depredadores y oportunistas que son, como las truchas, desperdiciarían el bocado fácil de una cría de elefante o de un impala que se les pudiese poner a tiro? No digo que una trucha se vaya a comer un elefante eh. A veces hay que hacer estas aclaraciones para que no venga a hacer capturas de pantalla sesgadas alguno corto de entendederas o con ellas demasiado largas pero que lo que quiere es andar jodiendo. Es más. Si esa cría de elefante además tuviese una visible cojera, estuviese apartada de su manada o se encontrase claramente extraviada, ¿no se sabe ya desde hace muchísimo tiempo que cualquiera de esas circunstancias sería un imán para cualquier depredador? Pues en el caso de las truchas, parece que no es así. Las truchas son animales superinteligentes capaces de ir en contra de sus más primigenios instintos con el único objetivo de fastidiar al pescador con mosca. Pero claro, es mucho más cómodo quedarse con este pensamiento que asumir que somos incapaces de ser más listos que un animal con el cerebro del tamaño de un guisante. Y, además, todo ese rollo de la selectividad y demás siempre ha venido muy bien para vender moscas, hilos, libros e incluso cañas o líneas. Lo más sorprendente llega cuando alguno de los que defendía la cosa esa de la selectividad como si fuese un dogma de fe se traslada a pescar a alguna zona remota, en este continente o en otros, donde la presión de pesca es prácticamente inexistente y se encuentra con truchas que se comen un zapato que les tire. "No, pero es que en zonas de montaña no hay grandes eclosiones y entonces ahí comen de todo porque no pueden desperdiciar oportunidades y bla, bla, bla". "No, pero es que en ese río de Patagonia no había pescado nadie antes que nosotros ese año porque es una finca privada y entonces están acostumbradas a comer tranquilas de todo, luego cuando empiezan a ir pescadores es cuando se empiezan a poner selectivas y bla, bla, bla". "Es que te juro que un día pescando en tal río hasta que no puse esa mosca no saqué ningún pez y bla, bla, bla". Claro que sí. ¿Pero en qué quedamos? ¿Es la selectividad un comportamiento intrínseco de la trucha? Y hasta que pusiste esa mosca: ¿Cuánto tramo de río habías pescado? ¿Cuántas veces y cómo has modificado el bajo cada vez que has cambiado de mosca? ¿Cómo te has aproximado antes de hacer cada lance? ¿En qué orilla del río estabas cuando ninguna te subía y cuando han empezado a subirte? ¿Es posible que llevases un pescador al que no has visto unos doscientos metros delante y que justo te hayan empezado a subir los peces cuando él ha dejado de pescar y se ha salido del río y has llegado tú al tramo no pescado? Son solo algunos ejemplos de variantes sobre las que no siempre tenemos el control, pero no pasa nada, siempre podremos enterrar nuestra incapacidad para engañar a un pez en esa supuesta selectividad de las superinteligentes truchas que es la tumba a la que caen derrotados y muertos demasiados pescadores. Afortunadamente, y por eso he vuelto hoy sobre este tema, cada vez son más los pescadores que ya no tragan con todos esos cuentos. Por un lado, porque encontrarse días de truchas comiendo en superficie sin parar cada vez se ha reducido más a unos ríos determinados y unos sitios concretos y situaciones muy puntuales. Por otro lado, y esto es algo que sí hay que agradecer a muchos pescadores que compiten, porque cada vez es más frecuente la idea de que la mosca no importa tanto si todo lo demás no se hace más o menos bien, y que para pescar en cualquier parte del mundo con unas cuantas moscas basta. Y por otro lado, debe ser un triángulo, porque cada vez son más los pescadores que se han decidido a probar por sí mismos y se han dejado ya de historias de ir cargando con cientos de moscas encima para por fin pasar a usar solamente los diez o doce modelos con los que de verdad pescaban.
12 abr, 2024
Ya sabrás que por falta de tiempo tengo prácticamente clausurados los canales de comunicación directa como el correo electrónico o los mensajes en Facebook. Y si no lo sabes, aprovecho para recordarlo: que nadie gaste un minuto de su tiempo en enviar emails a la cuenta de correo asociada a esta página, porque no la miro nunca. No la tengo configurada ni en el outlook del pc ni en el móvil, y jamás me conecto a través del servicio webmail. Ya había avisado de que no la revisaría antes de empezar con la aventura esta de publicar un artículo al día durante todos los días del año, pero por si alguien no estaba al tanto y está enviando emails, lamento decir que no dispongo de tiempo, no ya para responderlos, sino para leerlos siquiera. No es un capricho. A veces responder algún mensaje me llevaba más tiempo que escribir un artículo para la web. Porque lo que escribo en la web ya me lo sé todo de memoria, no tengo que consultar información en ningún sitio, y cuando me preguntan por alguna cosa que no me sé de memoria, tocaba buscar la información, escribir el mensaje y demás. Este artículo me va a llevar unos diez minutos escribirlo. Si alguien me pregunta por las diferentes versiones del carrete CFO de Orvis, por poner un ejemplo, me lleva media hora buscar toda la información, porque eso no me lo sé de memoria. En todo caso, lo que venía a decir hoy, y así vale ya para siempre, es que yo puedo dar mi opinión sobre algún equipo que haya probado o sobre alguna marca o lo que sea. Pero sea mi opinión positiva o no, en caso de serlo, no significa que lo esté recomendando. No tampoco que esté diciendo que no se compre en caso de que no me guste. Que me guste algo o que no me guste solo sirve para mí. No sirve para tí. Además, solo hay tres marcas que yo recomendaría sin demasiadas dudas. Y no me une en el momento de escribir esto a ninguna de esas tres marcas ninguna otra relación que no sea la de un cliente satisfecho. Ni con esas tres marcas, ni con ninguna. Una de esas marcas es Danielsson. Son carretes indestructibles, tienen variedad suficiente para poder pescar cualquier especie con cualquier técnica de pesca, su servicio postventa es insuperable, si bien lo más probable es que no lo necesites nunca. Yo solo lo he usado para que me pusieran al día un Loop Original que tenía más de veinte años y al que jamás le había hecho mantenimiento alguno. Seguía funcionando a la perfección, pero quería meterle alguna pieza nueva. Lo mandé para allá y me lo devolvieron que creo que funcionaba mejor que cuando era nuevo. Creo que dentro de dos años cumplirá los 30, el carrete, digo, y sigue en perfecto funcionamiento. Otra marca que recomendaría es C&F. He usado sus cajas desde que las vendía Lake&River y ni siquiera tenían todavía el foam ranurado. Eran una especie de tiras de foam. Todavía tengo alguna de esas por casa. Con esto quiero decir que tengo cajas suyas que creo que son de finales los 90 o quizás los primeros 2000, y ahí siguen. Y otras más modernas también, claro. Y si algo me he encontrado con los productos de C&F es garantía de durabilidad, diseño y funcionalidad acorde al precio. Y la última marca que recomendaría es Fishpond. No hay chestpacks que duren más, que estén mejor construidos, con un diseño perfecto o casi y que no te vayan a dar ni un solo problema por muy intenso que sea el uso al que los sometas. Lo mismo con las bolsas, mochilas, chalecos y demás, que he tenido un poco de todo de esta marca, y todo ha sido excepcional. Luego hay productos sueltos de algunas otras marcas que también recomendaría. Pero solo unos productos en concreto, no es extensible a todos los productos de estas marcas. Me gustan mucho, y no me han fallado jamás, los anzuelos Hanak 130BL y los 100BL para algún montaje específico que necesite tija un poco más larga. Algún modelo de Hends, de Baetis, por supuesto de Tiemco, etc. De Petitjean recomendaría su torno Master sin dudarlo. Ya sé que es carísimo, pero yo para estas cosas siempre hago la cuenta a largo plazo. Si me dura veinte años, que los va a durar sin problema porque ya casi va por la mitad de eso y está impecable sin una sola marca de uso, al final haciendo la división me sale que ese torno me ha costado 24€ al año. Obviamente, cuando lo compré ya lo había utilizado antes e iba sobre seguro, así que sabía que era una compra para siempre. Con las cañas no suelo hacer esa cuenta porque raro es que no me haya aburrido de ellas en uno o dos años. Y también es verdad que cuando yo compré ese torno costaba bastante menos de lo que cuesta ahora, que me parece un poco caro al precio actual. Por ese motivo, si tuviese que comprar un torno hoy, compraría un Regal o un Cottarelli. Para aquellos que quieran pescar truchas gordas con terminales gruesos y cañas potentes, sin dudar les recomendaría los anzuelos Tiemco 2499SPBL y 100SPBL. Yo no pesco así, y no los uso demasiado, pero tengo todavía un buen arsenal en casa de los dos modelos por si algún día me da por hacer un viaje a algún lado donde el tamaño medio de los peces sea grande o muy grande y tenga que utilizar terminales gruesos y equipos más potentes. Recomendaría también las líneas TT de Wulff, si es ese el perfil que te gusta. Pero en funcionalidad y durabilidad ninguna queja. Creo que todavía uso una que tiene más de quince años, y no está cuarteada ni tiene memoria ni nada. Es cierto que no son las que mejor flotan, pero a mí, entre las líneas de marca, siguen siendo las que más me duran. De cosas más clásicas recomendaría también sin pensármelo mucho los Orvis CFO made in England, los Hardy JLH, las Winston IM6, las Gary Loomis GLX antiguas, mejor si es el modelo de dos tramos tanto en las Winston como en las Gary Loomis, y las Sage TXL. Y poca cosa más. Como decía, una cosa es que algo me guste o me haya salido bueno a mí, que puede haber sido por casualidad, a que haya podido comprobar tanto en mi propia experiencia como en el de compañeros y amigos de pesca, que determinado producto es una garantía absoluta. Solo recomendaría aquello que haya podido comprobar que es una garantía absoluta. Pero sobre todo, te recomendaría que no le pidas a nadie nunca que te recomiende una caña, un vadeador, unas botas o lo que sea. Primero, porque como decía al principio, que una persona esté encantada con un determinado producto, no significa que ese producto vaya a ser bueno también para tí. Y, en segundo lugar, porque no resulta muy conveniente poner en los hombros de otra persona ni siquiera una mínima responsabilidad de los 100, 200, 300 euros o lo que sea que te vayas a gastar en una caña, un vadeador, unas botas o lo que sea.
11 abr, 2024
Siempre se había dicho que para atar moscas secas el anzuelo debía ser lo más fino y ligero que fuese posible. Sé que muchos hoy en día no comulgan con esta idea, quizás porque se fabrica alguno de los anzuelos más finos que ha habido, pero en las moscas que hago para mí mismo, es una norma que intento seguir a rajatabla. Si bien, dependiendo de la imitación a montar, utilizo anzuelos de tija fina o anzuelos de tija estándar. Entre los de tija fina podríamos nombrar: Hanak 130BL, Partridge Fine Dry, Hends 404BL, Baetis D04BL, Tiemco 103BL, Tiemco 900BL, Tiemco 902BL, Hanak 100BL... Entre los de tija estándar estarían: Hanak 230BL, Partridge SLD2 Standard Dry, Fulling Mill Ultimate Dry Fly, Hends 454BL, Tiemco 100SPBL, Riberfly 9210… Por supuesto, hablo ahora exclusivamente de anzuelos de tija recta. Para anzuelos curvos ya publiqué otro artículo hace tiempo. Y según el tipo de montaje que sea, o según donde vaya a utilizar la mosca, utilizo unos u otros. Un resumen de cómo y por qué utilizo unos u otros podría ser: - Para efémeras en seda o rayón. Partridge Fine Dry, Hanak 130BL, Baetis D04 o similares. Creo que son los más finos de todos, así a ojo, o sea que deberían ser los que mejor vayan para moscas secas con un material que coge agua, la seda, y otro que solo flota bien cuando está perfectamente seco, el cdc. - Para efémeras en dubbing. Aquí, dependiendo del tipo de dubbing, uso unos u otros. Por ejemplo, cuando voy a hacer toda la tirada de moscas con los cinco o seis colores de Fly-Rite que utilizo, suelo comprar diez o doce cajas del Hends 404BL, en tres o cuatro tamaños, y hacer todo del tirón en ese anzuelo. Si se trata de algún dubbing que coja agua, usaría los mismos que para sedas y rayones. - Para tricópteros en paracaídas y hormigas. Aquí me gustan, aunque no sé bien por qué, los anzuelos más clásicos tipo TMC 900 o 902. Tienen menos ancho de boca y la tija más larga, lo que podríamos considerar que son dos puntos en contra, y en mi opinión los invalidan para montar efémeras en ellos porque no me gusta estéticamente el perfil que queda en la mosca si hago efémeras en anzuelos de ese tipo, pero para tricópteros en paracaídas que solo uso en tramos de montaña, donde suelen abundar las truchas de pequeño y mediano tamaño, son dos anzuelos tan finos y tan ligeros que me encantan. Y además son negros, que para mi es un punto a favor. Las hormigas me gusta hacerlas, así como los dípteros, en el Tiemco 103BL del 19 y el 21. Pero este solo lo uso para mí, porque es un anzuelo delicado, y hay que estar con mil ojos puestos en él mientras se usa. Con un pez en esos dos tamaños, el 19 y el 21, es improbable que se abran, pero si enganchas en una rama, una planta, una piedra o donde sea, es fácil que se le descascarille la punta. - Para la MP81/MP82. Para esta también me gustan los anzuelos de tija un poco más larga, y el que estoy usando últimamente en las que hago para mí es el Hanak 100BL. Además he decidido que esta mosca a partir del 15 de abril de 2024 ya no la haré más durante una larga temporada. El TMC100SPBL es otra opción que también he usado mucho. - Para zonas de truchas grandes. Si hay peces de buen porte allí a donde tengo previsto ir a pescar siempre hago unas cuantas moscas en algún anzuelo más grueso de lo que me gusta, como el Partridge Standard Dry o el Fulling Mill Ultimate Dry Fly. Estos dos los uso generalmente para los perdigones, pero como digo, también para alguna seca para zonas de truchas grandes. De todas maneras el Hanak 130 BL no conozco a nadie a quien se le haya abierto uno, así que puede utilizarse con absoluta confianza. - Para ninfas ligeras y medias. Aquí utilizo los más finitos, ya que lo que me interesa es que claven lo mejor posible, si bien hay una excepción. Me gusta hacerlas en el Hanak 130BL, el Hends 404BL o el Baetis D04BL. Siempre llevo en la caja algunas ninfas pequeñitas, montadas en el 18 o 20, en anzuelos de tija estándar y no fina, tipo Partridge Standard Dry o Fulling Mill Ultimate Dry Fly, ya que si bien no suele haber problema por los peces, sí es cierto que con los ríos muy bajos, incluso estas ninfas tan ligeras pueden engancharse en alguna piedra o en algún palo en el fondo, y con anzuelos muy finos, en el caso de enganchar en piedras o palos, nos arriesgamos a que se deteriore la punta o incluso se pueda abrir si tiramos como un burro a ver si se desengancha. - Para ninfas pesadas. Aquí el que más me gustaba era el Hanak 230BL, que en su día era negro, como el TMC 103BL, pero más fuerte. Y de repente, en uno de los pedidos, ya no era negro, sino que era black nickel, y no exactamente igual que el modelo original, aparte del color, así que desde entonces tengo una especie de amor-odio, si bien tampoco he probado nada que me convenza más, así que sigo con él. También es cierto que en mi caja ninfas pesadas en anzuelo recto deben ir docena y media, porque para ninfas pesadas prefiero otros montajes que van en anzuelos que no son rectos, como por ejemplo el Hanak 500BL, el Fulling Mill Grab Gape o el Hends 164BL. Y con pesadas me refiero a partir de 3.5 mm de bola de tungsteno para arriba.
10 abr, 2024
Si has empezado a pescar con mosca ya en el siglo XXI, muchas de las cosas que voy a decir te van a sonar a ciencia ficción. Pero es que nos hemos vuelto tan gilipollas, perdón, tiquismiquis, con el tema de los equipos, que creo que puede ser interesante traer de vuelta algunos recuerdos. Vamos a ver. Cuando empezamos a pescar todos los de las generaciones a las que nos tocó la mili obligatoria, lo normal era pescar con una caña de 9' línea 5, que era la que valía para todo: seca, ninfa, streamer y lo que fuera. Además, con dos cojones, no éramos ni uno ni dos los que usábamos con la 9' línea 5 una línea Robinson AA, que nunca las llegué a pesar, pero por el peso de los nueve primeros metros no me extrañaría que fuese equivalente a una línea del 1. Si no te suena nada de lo que estoy diciendo, las Robinson eran unas líneas de imitación a las de seda sin ningún tipo de perfil, o sea, paralelas, y que venían etiquetadas como AA, A, B, C y creo recordar que llegaba hasta la D, de más fina a más gruesa. Una C con una caña del 4, incluso del 5, todavía tendría un pase. Una AA con esas cañas era un disparate. Pero nos habían contado rollos de la flotación por capilaridad, pescar fino y discreto, truchas selectivas y no sé cuántas milongas más, y como éramos humanos prehistóricos sin acceso a internet ni mierdas de esas, tragábamos con todo. Le metías delante el bajo de seda de Thebault que medía como metro y algo y después unos tramos de nylon y a pescar. Y si hacía viento, le metías doble ración de grasa al bajo para que cogiese bien de peso y se posase todo bien estirado como era debido. O alguno incluso le metía un trozo de bajo trenzado hundido para que hubiese más peso y aquello se estirase bien. Por eso, en mi caso, cuando me encuentro con todas esas gilipolleces del balance caña/carrete, que si tiene que pesar el carrete tres gramos más para estar equilibrado con la caña o si le saco tres trozos de plástico al Vivarelli para que pese cuatro gramos menos, no me queda otra que poner cara de intenso espanto, echar las manos a la cabeza y pedir al Señor que me lleve ya. Luego pienso que con la AA, el bajo Thebault y la caña de línea 5 saqué reos en el Cares que no han vuelto a ver mis ojos, y me convenzo todavía más de que nos estamos volviendo cada vez más idiotas. Perdón, tiquismiquis. Pero bueno, siempre ha sido muy entretenido enredar con los juguetes, así que pasar de jugar con los Playmobil, al kit Yasuni y luego con los equipos de pesca ya hasta la muerte, seguramente sea un camino bastante habitual, al menos para los que más o menos son de mi misma generación. No te digo nada los que tocamos algún instrumento musical, que entonces tenemos dos vías de agua económicas para poder enredar con juguetitos nuevos cada cierto tiempo. Ojo, no critico lo de los juguetes nuevos. De hecho tengo por ahí publicado un artículo defendiendo el sano vicio de renovar el equipo cada cierto tiempo siempre que la economía, el tiempo y demás circunstancias vitales te lo permitan. Pero de ahí a volverse loco con equilibrios dudosos hay cierta distancia que en mi caso ya estoy muy anticuado y algo cansado para preocuparme de recorrerla. Además, mi éxito en la pesca ya hace tiempo que depende de las gafas. Cada año que me hago gafas nuevas para la temporada soy Pascal Cognard. Los siguientes años, cuando las gafas ya no tienen la graduación actualizada, soy el Marqués de Hormigalada. De modo que ya me han cogido algo mayor, cansado y medio cegarato como para creerme que con tal caña, tal línea, tal curso o tal mosca voy a pescar diez veces más de lo que pesco. Y para que se entienda bien, voy a poner como ejemplo otra modalidad de pesca que nunca me había interesado demasiado y que desde hace un tiempo ocupa la mayor parte de mis salidas: la pesca del black bass. Como aficionado recién llegado a esa modalidad de pesca podría haber caído en la trampa de comprar seis cañas de casting con sus seis carretes correspondientes y sus seis líneas, una para cranckbaits, otra para swimbaits, otra para flipping, otra para jigs, otra para jerkbaits… Luego un par de cañas de spinning, una para finesse y otra medium heavy. Once mil euros en señuelos blandos y duros... Ya sabes cómo va. Pero como todo esto ya me lo conozco, antes siquiera de dedicar una sola jornada a la pesca de dicho pez, me vi unas cincuenta horas de vídeos y me leí unos doscientos artículos, de tal forma que llegué a la siguiente conclusión: Si yo ya sé pescar a spinning, porque me apasionan el rockfishing, el ajing y el darting, y lo que me gusta es la pesca ultraligera, para el caso del black bass únicamente me voy a dedicar a la pesca finesse. Y como carretes ya tenía y líneas también, no tuve más que comprar una caña de spinning médium light de 7’1” y unos pocos señuelos para poder hacer algún montaje tipo wacky, neko, carolina o Texas muy ligero, y patear orilla buscando los peces que no están en zonas muy profundas para pescar todo lo cerca que sea posible, lanzando a poder ser junto a la orilla, que por lo que vi y leí es una parte de esta pesca que la mayoría de los pescadores ignoran. Así, con toda la información previa y teniendo en cuenta mis gustos, con una pequeña inversión en equipo he podido obtener un gran retorno en entretenimiento. Y como actuar así es lo que me parece más cabal, será lo que siga intentando hacer. Porque no se trata de estar a la última, sino de estar a lo que resulte más divertido y más práctico para mí.
09 abr, 2024
Ya he hablado de esto en otras ocasiones, pero me parece lo suficientemente relevante como para volver a ello cada cierto tiempo. Además, que no creo que haya nadie que se lea todos los artículos cada día, igual algún amigo sí, pero en general no, de modo que iré repitiendo algunos temas que me parecen importantes o entretenidos, con diferentes enfoques, para que los que no lean un artículo sobre ese tema tengan la posibilidad de leer algún otro. Mi único objetivo con todo el contenido creado en esta página web es el de entretener. No busco nada más allá del entretenimiento. Pero si tuviese que elegir una idea para permanecer en la conciencia colectiva del pescador a mosca, únicamente elegiría esta: Por mucho que los influencers se empeñen en mostrarte cada día ríos y peces increíbles que seguramente jamás vas a pescar, por mucho que los gurús del lanzando te bombardeen con sus mil cursos y clinics para que seas capaz de pescar los peces que nadie más podría pescar o por mucho que los pescadores de competición te enseñen cada cierto tiempo todas las medallas que han logrado ponerse en el pecho, nada de todo esto debe influir en tu capacidad para disfrutar de la pesca. No sé en qué consiste tu trabajo. Quizás seas un comercial que tiene que alcanzar cada mes un número mínimo de ventas o una determinada facturación. O un programador esclavizado por la metodología Agile que debe completar cada semana un nuevo proyecto. O un repartidor al que su agencia le exige cien entregas por turno de trabajo. O un taxista que necesite hacer cuarenta carreras diarias para no entrar en pérdidas. Han convertido la vida en putos números. En objetivos y logros nada más. No han dejado lugar para el fracaso. Ya no se puede aprender de las derrotas porque no hay lugar para la derrota. Estamos en un mundo en el que se elogia al Rafael Nadal de turno, que prefiere quedarse cojo para el resto de su vida antes que admitir que su físico ya no le da, antes que elogiar a los Perico Delgado de turno que prefirieron retirarse bien jóvenes para disfrutar de la vida todo lo posible. Y he puesto como ejemplo a dos deportistas icónicos. Pues la pesca con mosca es nuestro pequeño refugio frente a toda esta locura. Es nuestro lugar para aprender de las derrotas. Para disfrutarlas. Para chapotear alegremente en medio del fango del fracaso. Incluso para compartirlas con amigos y alcanzar el grado sumo al que puede llegar el ser humano: reírse de sí mismo. Ridiculizarse a uno mismo es la más alta capacidad para mostrar lo limitado de nuestras capacidades. Reconocerlas ante nosotros mismos y ante los demás. O sea, ser justamente lo contrario de todos esos gilipollas que vemos cada día en las redes sociales tratando de venderte sus cursos para que puedas ganar mil euros al día haciendo punto de cruz, redactando manuales para taladros o cagando en público. Siempre me acuerdo de una chica estadounidense que facturó millones de dólares con un curso para enseñar a los gatos a mear y cagar en el wc. A ese punto de subnormalidad hemos llegado, en el que un curso para que tu gato cague en el mismo sitio que tus hijos genera millones de dólares en beneficios. "Compra mi curso y descubrirás como gané mil euros al día recogiendo piedrecitas entre los dibujos de la cubierta de las ruedas del Seat Arona". ¿Verdad que alguna vez te has topado con anuncios de este tipo que huelen a la legua a vendedor de crecepelo? Pues en la pesca con mosca vivimos en un riesgo constante de que los que ganen sean los vendedores de crecepelo. Los que quieren convencerte de que para disfrutar de la pesca has de hacer lo que ellos digan. Yo solo te animo a que les mandes a todos a tomar por el culo y que seas tú mismo quien decida qué es lo que le resulta divertido de la pesca, ya sea simplemente salir al río, ya sea pescar en un país nuevo cada año, ya sea pasarles por la cara a otros tus habilidades y ser tú el que se ponga las medallas en el pecho o ya sea disfrutando cada vez que las truchas son más listas que tú y te tienes que volver a casa con el rabo entre las piernas. A mi me basta con salir al río, quedar de vez en cuando con algún amigo, hacer cuatro moscas como las que haría cualquier otro y contar alguna batallita. Desde luego, conmigo poco tienen que hacer los de poner la mosca en los lugares a los que casi nadie llega, ni los de las medallas en el pecho ni los de los destinos exóticos con peces que parecen sacados de algún cuadro de El Bosco. Pero porque así he decidido yo que sea. Así que decide tú también. Pero decide tú. No dejes que otros te influencien hasta que prácticamente decidan por ti. Las modas son solo modas. Y la pesca es solo pesca. No dura tanto la vida como para dedicar tiempo de pesca a tratar de alcanzar objetivos que se les han ocurrido a otros. Mejor si te marcas los tuyos propios, o mejor todavía si no te marcas ninguno, que ya bastantes nos ponen en otros aspectos de la vida.
08 abr, 2024
Hay varios temas de los que me había propuesto no escribir nada, pero me llegan habitualmente mensajes preguntándome o haciéndome algún comentario sobre alguno de dichos temas, así que por escabroso que sea, vamos a intentarlo. Hoy tocan las botas de vadeo. Si has leído otros artículos de los que he ido publicando, ya sabrás lo que opino: todas parecen efervescentes. Se disuelven al contacto con el agua. Por supuesto, es una exageración. Pero dado el precio que tienen, seguro que todos esperaríamos una mayor durabilidad. El tema es que haciendo memoria solo he tenido tres pares de botas de vadeo que me hayan durado dos temporadas o más: - Simms Freestone (el primer modelo). - Chota STL (el primer modelo). - Vision Loikka. Las Simms y las Vision es verdad que duraban, claro que a cambio te podían provocar varias lesiones articulares, ya que no recuerdo haber llevado en los pies nada más incómodo que esos dos pares de botas en toda mi vida. Las botas de goma de Aigle o Gaviota eran infinitamente más cómodas que esos modelos de botas de Simms o Vision. Así que las únicas botas que he tenido que combinaban a la perfección durabilidad y confortabilidad han sido las Chota STL. Pero como nada es perfecto, solo las de primera hornada tenían la durabilidad, porque cuando se me gastaron las primeras después de unas 200 salidas de pesca, volví a comprar las mismas y ya no eran las mismas. Eran igual de cómodas, pero duraron poco más de una temporada. Y de aquella iba muchos días de pesca. Que éste es otro tema del que quería hablar. A día de hoy yo no puedo recomendar botas de vadeo porque voy de pesca a la trucha, es decir, con botas y vadeador, unos 25 días por año, así que no soy una muestra lo suficientemente fiable. Y a pesar de todo, desde las Loikka, todas las demás que he tenido me han durado una temporada a duras penas, cosa que me parece una vergüenza. Tengo unas botas de 19€ de Decathlon para patear pantano, orillas escarpadas, pedregosas y un terreno en general más abrasivo que las tengo ya desde hace dos años y han hecho más salidas de pesca que todos los últimos modelos que he tenido de botas de vadeo. Admito que yo quemo calzado de una forma que diría que no es normal. Un par de zapatillas me dura seis meses o así, algunas ni eso, antes de tener la parte interna totalmente destruida y la suela completamente gastada. Como las cuido, las ves por fuera y dirías que están nuevas, pero si miras el interior o la suela se ve que están para el arrastre. Pues con las botas de vadeo más o menos lo mismo. Digo esto porque no todo el mundo tiene la misma forma de caminar, ni camina por los mismos sitios, ni cuida igual el calzado, ni tiene la misma estatura y el mismo peso... Cuando usaba las Chota pesaba unos 90 kilos y andaba por el Narcea pegando unas patadas a las piedras del fondo que alguna hasta la movía del sitio, así que no dudaba en recomendarlas a cualquiera que me preguntase por ellas. Como en aquel momento me consideraba una fuente fiable para eso, no me daba ningún reparo recomendar esas botas. Si me aguantaban a mí, le aguantarían a cualquiera. Y con esto hay que tener cuidado, porque desde mi punto de vista, si me recomienda unas botas alguien que mide 170 y pesa 68 kilos, para mí su recomendación carece completamente de valor. Para que me sirva la recomendación tiene que venir de alguien que mida y pese más que yo, y que a ser posible pesque similares escenarios. Si pescas en ríos de fondos de grava, con accesos cómodos, sin grandes desniveles y demás, lo más normal es que unas botas duren bastante más que si pescas ríos de montaña con grandes pendientes, accesos malos que requieren de largas caminatas y cantidad de cantos rodados en los que vas golpeando continuamente las botas. Haciendo un repaso de las botas que he tenido en los últimos diez o doce años, están las Loikka que duraron dos años y luego unas cuantas más que duraron una temporada o menos, y hay de todo: Simms Tributary, Simms Flyweight, Patagonia Lightweight, Bestard Canyon Guide, Vision Hopper, Greys Strata, Chota Abrams Creek... Ahora tengo para estrenar unas Vision Musta que compré hace como 3 o 4 años cuando dejaron de fabricarlas con la suela Gummy para empezar a fabricarlas con la suela Michelin. En algunas tiendas pusieron las de suela Gummy a poco más de 100€ así que aproveché. Las he tenido guardadas hasta ahora porque los últimos años he ido estirando todo lo posible otros pares, como un par de Greys Strata que tengo en Gijón y unas Simms Flyweight que tengo en Madrid, y he conseguido alargarles la vida a ambas a base de sikaflex y algunas visitas al zapatero. Con las Greys espero poder hacer todavía en 2024 la docena de días de pesca que haga en Asturias antes de que definitivamente fallezcan. Con las Simms ya no hay más de dónde rascar, creo, así que tocará estrenar las Musta. Y digo esto porque en lo que se refiere a las botas, gastarse dinero puede no ser garantía de nada, así que mi único consejo es que cuando veas algún modelo que tenga buena pinta, en tu talla y con el precio rebajado, cógelas. Ojalá te duren las que tengas y pasen años antes de que puedas estrenar las que hayas cogido en liquidación u oferta, pero seguramente las acabarás estrenando antes de lo que te habría gustado.
07 abr, 2024
Creo firmemente que todo pescador a mosca debería pasarse al menos media temporada utilizando solamente una caña de Tenkara. Es un antídoto magnífico para quitarse de la cabeza un montón de tonterías. - Tontería 1: "La importancia de la mosca". Tengo una caja de esas C&F de las pequeñas, la que trae dieciséis compartimentos, de las que no son estancas, llena de moscas para usar con la caña de Tenkara. Me pone en la gloria solo coger la caja y mirar las moscas que tiene dentro. Un repaso rápido: tricolores, paisanas, pardones, palmers, tricópteros de León, red tags... Todas con hackle. Todas en el 12, el 14 y el 16, excepto algún Griffith's Gnat en el 18. Y mira que locura: cuando voy con la caña de Tenkara y llevo esa caja de moscas, con solo esas moscas, pesco lo mismo o más que si fuese con el equipo de mosca normal. Así que a tomar por culo los dípteros en el 24, las MP81, los Gütermann y la madre que los parió. - Tontería 2: "La importancia del lanzado". Pescando con la caña de Tenkara pasan dos cosas curiosas. Por un lado, una vez que más o menos te defiendes con ella, puedes presentar la mosca libre de dragado en el 100% de los lances, ya que solo la mosca toca el agua, o como mucho un pequeño tramo del terminal según sea la configuración de la echada que estás pescando. Por otro lado, el propio equipo limita la distancia de lanzado al largo de la caña más el largo del bajo, así que hablamos de máximo 6-7 metros, aunque normalmente se pesca a menos distancia. Y ahí te das cuenta de que la línea es la principal enemiga a la hora de pescar con mosca. Cuando consigues presentar tu mosca una y otra vez sin dragado alguno, como sucede con un equipo de Tenkara, lo más habitual es que las truchas la tomen sin más. Esto puede parecer una cosa loquísima, pero es que la pesca es una cosa mucho más sencilla de lo que durante décadas muchos han tratado de contar. Luego se trata solamente, y no es poco, de trasladar al equipo de mosca lo que se ha aprendido con la caña de Tenkara, es decir, pescar siempre lo más cerca que sea posible y mantener la línea lo más alejada del agua que sea posible. - Tontería 3: "Es que pescáis con esos equipos tan ligeros que se alarga la pelea hasta el infinito". La potencia de una caña de Tenkara a la hora de pelear un pez debe ser equivalente a estar pescando con una caña para línea 0. Incluso menos, diría, si bien no he tenido nada más que tres cañas de Tenkara diferentes y solo dos cañas de mosca de línea 0 o menos. El caso es que incluso sin carrete, con una caña tan endeble y teniendo que arreglártelas como buenamente puedas, truchas de tamaño mediano van a la sacadera sin mayor problema. Igual lo de alargar la pelea con los peces depende demasiado de la distancia a la que esos peces se hayan clavado, factor del que casi nunca se habla, y que para mí es mucho más determinante en lo que se refiere a la duración de la pelea que la potencia del equipo o el grosor del terminal. - Tontería 4: "Estaban selectivas". A ver cómo lo digo con tacto... Mira, con el equipo de Tenkara puedes hacer el año entero con un buen par de moscas. Casi te diría que con una roja y una negra en varios tamaños cada una, estás servido. Además, con la ventaja de que te va a pescar igual de bien tanto cuando flota como cuando se ha hundido. Es más, puedes imprimirle movimientos tanto en la superficie como cuando va hundida. - Tontería 5: "Hay que practicar/entrenar a menudo". Y esta es para mi la mayor ventaja de pescar con un equipo de Tenkara. Coges a cualquier persona de este planeta que jamás haya pescado y con un equipo de Tenkara, en unos 30 minutos, puede estar sacando algún pez con la supervisión y las indicaciones y ayuda adecuadas. Y lo digo porque he sido testigo de ello. No hace falta entrenar, ni practicar ni demás tonterías, solo coger el equipo y ponerse a pescar, centrándose simplemente en el río, el entorno y los peces. Así que si nunca has tenido un equipo de Tenkara en tus manos, mi recomendación es que te hagas con alguna caña baratita, por ejemplo las gamas de entrada de Nissin van muy bien, y te vayas al río con docena y media de moscas para comprobar tú mismo lo sencillo que puede resultar la aparentemente complicadísima tarea de engañar a un pez.
06 abr, 2024
Hay muchos pescadores que se toman lo de las sedas y rayones como si fuese una especie de religión o algo así, habiendo algunos que son completos adeptos a la fe y otros que practican el más crudo de los ateísmos defendiendo que las truchas no son tan listas como para distinguir entre una seda y otra. Yo no soy partidario de ser ni de un equipo ni del otro. Pero me parece completamente absurdo negar la eficacia más que demostrada a la hora de engañar peces de determinados colores de sedas y rayones. Tan absurdo como pensar que si no tienes una determinada tintada de determinada seda habrá días en los que las truchas no tomen una sola de tus moscas. El caso es que uno de los habituales compañeros de pesca era un anti-Gütermann total. Cosa que nunca he llegado a entender porque pregonaba a los cuatro vientos de forma constante las bondades de la carpeta de Fly-Rite que trae todos los colores, así como del cubilete de SLF con los 15 colores de Oliver Edwards y los 15 colores de Davy Wotton. "Con eso tengo todos los colores que necesito". Claro, coño. Si entre las dos cosas tienes prácticamente equivalentes a todo lo que usamos en Gütermann o La Paleta los que usamos sedas y rayones. Es el mismo perro con distinto collar. Así que un año sin decirle nada le preparé en una cajita de seis compartimentos tres moscas de cada con doce colores diferentes. Dos colores por compartimento: 1) Gütermann 580 y La Paleta 3277. 2) Gütermann 431 y La Paleta 3279. 3) Gütermann 300 y Madeira 1939. 4) Gütermann 249 y Gütermann 286. 5) Gütermann 273 y Ray 496. 6) Gütermann 258 y Zirayón 4122. No es que tenga apuntados los modelos que le hice ni nada de eso. Lo que pasa es que en la cajita le puse etiquetas adhesivas de esas pequeñitas para que supiese que moscas eran las de cada compartimento, y habiéndole dado la cajita a principios de temporada, unos tres meses después ya me envió una foto de la caja para que le hiciese una docena de alguno de los modelos acompañando la foto con un: "Oye, tú, que esto pesca como el Fly-Rite o más". Y sí, muchas de las sedas y rayones que se vienen utilizando tradicionalmente pescan muchísimo. Y a mi no me gusta nada utilizar ese tipo de moscas porque el color vaya a ser clavado que el de determinado insecto ni nada de eso. A mi me gusta utilizar sedas y rayones de los tradicionales porque respeto profundamente a muchos pescadores que pasaron cuarenta, cincuenta o sesenta años por la orilla del río, pescando casi cada día, y probando continuamente diferentes sedas y rayones hasta dar con los que mejor les funcionaban. Y esta gente no perdía el tiempo en internet. Ni en las redes sociales ni escribiendo blogs ni haciendo vídeos para Youtube ni cualquier otra de estas chorradas que hacemos ahora. Muchos de ellos, incluso, dependían de la cantidad de peces que pudiesen pescar para llevar un segundo sueldo a casa, una vez vendidos los kilos de pescado que hubiesen capturado. Imagínate por un momento que parte del alimento o de la ropa o el calzado de tus hijos, o de poder permitirte que vayan a la escuela, depende de la cantidad de truchas que puedas sacar del río. ¿De verdad crees que en una situación así iban a usar los sedones de El Molino, las madejas de La Paleta o algunos colores de Gütermann si no fuesen una bomba de sacar peces? Cuando hay que vender quince kilos de truchas para poder comprarle zapatos nuevos a los críos, ya te digo yo que no se anda en bromas con los materiales que se usan para hacer las moscas. Si prefieres pensar que lo de las sedas es un cuento, un mito o lo que sea, igual te conviene empezar recordando que no hace tanto tiempo había pescadores que, incluso en algún caso, dependían del número de capturas logradas para llevar dinero a casa, para que comiesen sus hijos o para comer ellos mismos. Así que insisto, si no funcionasen, ¿de verdad crees que habrían utilizado todas esas sedas y rayones?
Más entradas
Share by: